Y esto no cuestiona la calidad de Jordi (ni la de nadie) como cocinero ni su trayectoria profesional. Sólo su concepto de qué es la educación.

Por supuesto que hace falta experiencia práctica, ensayo/error y repetición, pero eso no es trabajar como un desgraciado. Si alguien no lo ve, quizás esas horas de trabajar como un desgraciado no le hayan servido de tanto.

Enseñar es motivar, incentivar la curiosidad y, si me preguntas, a cuestionar la autoridad. Es fomentar el razonamiento independiente y el pensamiento lógico. Trabajar como un desgraciado, solo te convierte en un desgraciado (y quizás, si acaso, hace rico a alguien que no eres tú)

Cuando no se encuentra personal, cuando "los jóvenes no quieren trabajar", a lo mejor esto tiene algo que ver. Cuando con 50 años un % lo deja, otro está quemado, muchos tienen problemas de salud asociados al oficio y un puñado tienen problemas de adicciones, también.

Trabajar como un desgraciado no garantiza nada. Formarse ayuda, pero por desgracia tampoco garantiza nada. Trabajar como un desgraciado no equivale a aprender. Trabajar como un desgraciado, sin cuestionarse para qué y quién gana gracias a eso, explica muchos de los problemas actuales del sector.

Ser gallego es un estado mental, así que benvida