Si buscan un buen Idiazabal el de Ricardo Remiro es un valor seguro. Queso sin prácticamente ojos, textura cremosa con aromas a leche de oveja y el ahumado con notas acarameladas. Fantástico.

Feliz 2025

Restaurantes de las películas de Kaurismäki: El Dubrovnik de Nubes pasajeras, maravilloso como la película.

Hoy en productos infectos de la industria alimentaria: El yoghourt Danone. Menos mal que hoy en día tenemos alternativas a esta corrosiva gelatina ácida regurgitada por todos de pequeño. Si hubiera existido en tiempos de Sócrates no le hubieran condenado a beber cicuta.

Este queso es sin duda de lo mejor que se puede comer en quesos patrios de pasta dura de leche de oveja. La manteca le aporta una suavidad que lo hace tremendamente sutil.

Hoy en quesos que no hay que perderse: el segoviano de oveja Moncedillo. Un queso elaborado con leche cruda de oveja churra, con una corteza natural enmohecida y que tiene una textura mantecosa y una alta persistencia en boca. Maravilloso.

Independientemente de los premios y las subastas de Cabrales hay un rey indiscutible y es el Teyedu de Pepe Bada

El nombre, no sé si a propósito, no es muy propio pero estos sobaos están cojonudos, lo digo para que aprovechen que están anunciando la extinción de los sobaos.

Quesos que no hay que perderse: Espadán de Los Corrales. Queso de leche cruda de cabra con 40 a 60 días de maduración. Pasta semiblanda de color blanco. En boca es ligeramente ácido, como queso de cabra que es, y con aromas herbáceos. Maravilloso.