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Hoy en ULAD: Carlos Pérez Merinero: El ángel triste
Carlos Pérez Merinero: El ángel triste
Idioma original: EspañolAño de publicación: 1983Valoración: Está bien El ángel triste es una novela negra simple pero efectiva. Sin ser extremadamente memorable, compleja o profunda, resulta sumamente entretenida, presenta un ritmo trepidante y personajes razonablemente perfilados. Sus vulgarimos, diálogos chispeantes y escenas de sexo y violencia recuerdan a los de la encantadora literatura "pulp".  Tiene cierto mérito en tanto que pionera del género en español, pues su autor, Carlos Pérez Merinero, siempre narró sus ficciones en primera persona desde el punto de vista de un criminal, cosa poco habitual en su época. Trata sobre un hombre de 32 años que quiere una existencia tranquila, una existencia que no le obligue a asumir responsabilidades, en la que el visionado de películas en su aparato de vídeo, el dinero y el sexo estén asegurados. Pero su madre, que se empeña en vivir, le priva de recibir la herencia, su amante Julia le pide que se mude con ella, amenazando su soledad, y los vecinos del piso de al lado discuten todos los días, impidiéndole hallar la paz.  El único reproche que le haría a El ángel triste es que ciertos pasajes no aportan gran cosa y que su tercera parte (aunque interesante en sí misma) se siente algo desconectada de las dos primeras. También destacaré que, si bien la perversión moral y sexual del protagonista podían resultar escandalosas en su época, a día de hoy se antojan bastante suaves. En resumen: esta novela gustará a los incondicionales del género negro, especialmente a quienes acudan a ella anticipando una prosa meramente funcional, la disección de un personaje amoral, un descenso a los infiernos de la autodestrucción y saludables dosis de sexo sórdido y violencia cruda.  El ángel triste se publicó originalmente en la mítica colección Libro Amigo de Bruguera en 1983. Yo he leído una reedición de Vernacci, cuyo diseño y formato (el libro emula una cinta de vídeo, y la cubierta y contracubierta su funda) me parece muy original.  Ah, la novela ha sido adaptada al cine, aparentemente con poco acierto, en dos ocasiones, en películas tituladas Bajo en nicotina (1984) y Bueno y tierno como un ángel (1989).
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November 17, 2025 at 11:08 AM
Hoy en ULAD: John Steinbeck: La luna se ha puesto
John Steinbeck: La luna se ha puesto
Idioma original: inglésTítulo original: The moon is downAño de publicación: 1942Traducción: Pedro LecuonaValoración: bastante recomendable Antes de leer la novela, y conociendo de su existencia por varios años, había pensado que el título era horrible, muy parecido a nombrar De ratones y hombres como La fuerza bruta. Pero después de terminarla se entiende mejor el porqué del título. De repente, en un pueblo y en un tiempo del que nunca se sabe con seguridad la época (aunque se intuye que es cerca del final de la Segunda Guerra Mundial), los habitantes son invadidos como un relámpago por culpa de un mercader que filtra a los militares la organización y defensa del pueblo. Esta invasión se da por la mina de carbón que poseen, necesaria para seguir proveyendo de recursos a la potencia enemiga. En la casa del alcalde Orden se discute la manera de recibir a los militares (con un deje civilizado que hoy, me temo, nos queda muy lejos) y de cómo resistir sin que eso cause más muertes en la población, ya que algunos jóvenes fallecieron por defender el pueblo, escasamente armado contra tanques y ametralladoras. A su vez, el líder de los militares, el coronel Lanser, también es bastante cortés en su trato hacia los demás y reconoce la jerarquía y el rol del alcalde como fundamental para contener el aturdimiento, primero, y luego la rabia silenciosa del pueblo, creyendo ingenuamente que se pondrá de su lado para asegurar el poder. Pero el alcalde Orden, a diferencia de sus congéneres del mundo real, cuenta con un sentido de pertenencia hacia su territorio y una dignidad, compasión y orgullo por cada uno de sus habitantes, valores y sentimientos que son mutuos, excepto en el caso del mercader delator, que se humilla constantemente esperando su recompensa y a quien todo el pueblo execra ignorándolo. A lo largo del libro, las tropas militares, que esperan vanamente el comunicado de triunfo de la sede mayor, malgastan meses tratando de comunicarse con los habitantes, desesperándose por el silencio y la imposibilidad de establecer un vínculo mínimo. Todo empeora cuando ocurre lo inevitable, la rebelión física de uno de los habitantes hacia un capitán; juzgado y condenado a muerte, la rabia comienza a aflorar en acciones cada vez más confrontativas.  Steinbeck, aunque todos sus personajes conserven los modales (los invasores no matan por diversión ni violan) hasta casi cerca del final, cuando los soldados han perdido los nervios por los constantes desafíos y añoran obsesivamente su hogar, no es ningún ingenuo y nos recuerda a cada rato que la ira callada se retroalimenta y perdura esperando el momento de volcarse sobre los otros, tenga el costo que tenga. Hay momentos en donde uno cree que se acerca el acercamiento definitivo entre las dos fuerzas, un intento de empatía, porque, como lector, también se comprende a los soldados que esperan la victoria y que, en la realidad y sin enterarse por parte de sus mayores, viven perdiendo hasta despojarse de toda parafernalia militar para intentar abrirse (sea a los tumbos o sinceramente) hacia los demás, sin ningún resultado. ¿Qué elegir, qué pensar, cuando la diferencia entre un bando y otro es que uno hace las cosas que debe hacer para que su espíritu no fallezca y otro, igual de obligado y hasta cierto punto engañado, hace las cosas que ya no quiere hacer, produciéndole una derrota moral? Es en esa ingenuidad o buena voluntad del lector donde Steinbeck triunfa para contar descarnadamente los hechos, sin que estalle en primer plano la violencia, pero dejando un poso de tristeza por los enfrentamientos ordenados y una gran admiración hacia el alcalde y el pueblo, que no deja a nadie tirado y que comprende que debe luchar aunque tenga todas las de perder. Los personajes, si bien cumple cada uno con su prototipo, son memorables (el coronel honrado que detesta lo que hace, el capitán ansioso de sangre y poder, el alcalde conocedor del alma de su población, cada soldado nostálgico de su casa y con reacciones diversas), y la novela, corta, sin florituras y llena de diálogos, causa la sensación de la verdadera literatura.  Y eso que es considerada una obra menor. Monografía casi completa de Steinbeck: El invierno de mi desazón, Al este del Edén, Los vagabundos de la cosecha, De ratones y hombres, El autobús perdido, La perla, Las uvas de la ira, Tortilla Flat
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November 16, 2025 at 11:23 AM
Hoy en ULAD: David Grann: El comandante yanqui
David Grann: El comandante yanqui
Idioma original: inglés Título original: The Yankee Comandante Año de publicación: 2012 Traducción: Sandra Caula Valoración: muy recomendable Con apenas ciento veinticinco páginas, y un tiempo de lectura de apenas un par de horas, El comandante yanqui es el tipo de lectura que ofrece mucho más de lo que tan escueto contenido pueda hacer presagiar. La historia de William Morgan, que se une en los años 50 a la guerrilla que acabará alzándose con el poder en Cuba, derrocado Batista podría parecer, en estos tiempos turbios dominados por las opiniones políticas contrapuestas usadas por doquier (sobre todo en las RRSS, por supuesto) como armas arrojadizas algo proclive a la idolatría, a la idealización. Y no es que la historia deje al régimen cubano en demasiado buen sitio, más bien simplemente añadido a la larga lista, con muchos miembros ya, de experimentos utópicos, tan loables y admirables en sus planteamientos, tan necesarios en sus determinados momentos históricos, tan deteriorados o directamente dinamitados por lo que siempre acaba siendo la naturaleza humana en su peor versión: avaricia, corrupción, afán de poder que se interpone en los ideales. También esa especie de paroxismo que ataca a cualquiera que ostenta el poder absoluto y que acaba haciendo cierta la máxima: todos los totalitarismos acaban pareciéndose y una de sus condiciones más habituales es la obsesión enfermiza por neutralizar a la disidencia, incluso en sus estadios más seminales.  Queda clarísimo en esta biografía: Morgan perteneció al círculo cercano a Fidel Castro, cuya primera intención fue acabar con una dictadura e implantar la democracia en la isla caribeña. Y esa idea fue la que sedujo a Morgan un joven norteamericano cuya vida hasta ese momento había sido errática y poco ejemplar. Pero se sintió atraído por ese ideal, el de defender a los desfavorecidos que sufrían la fuerte represión de la dictadura de Batista, muchas veces con la connivencia o la ayuda descarada de los servicios secretos - la mítica CIA - siempre tan obsesionados por sofocar cualquier posibilidad de que los estados iberoamericanos pudieran desequilibrarse hacia la izquierda. Ese mapa de influencias de orden casi contradictorio (¿no eran ellos los garantes de la democracia y las libertades?) se configura a lo largo del libro y presenciamos como Morgan empieza a dudar de aquello a lo que apoyado.  Por supuesto, la sombra de la traición (incluso la traición a uno mismo) acaba pesando en su vida, y Grann lo explica de una forma amena, directa, casi periodística y por supuesto sin desagradables decantaciones ideológicas. Nada tendencioso y casi bruscamente real, la historia de Morgan es tejida de una forma clara, vehemente, incontestable, en un texto de una concisión severa y aplastante, que ni siquiera necesita trazar elipsis, tal es su síntesis y su intensidad formal.
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November 15, 2025 at 11:38 AM
Reposted by Un libro al día
Publicada la reseña en @unlibroaldia.bsky.social de «Vaim», de Jon Fosse. Publicado en catalán por @galaxiagutenberg.bsky.social con traducción de Meritxell Salvany y en castellano por @randomhousees.bsky.social con traducción de Cristina Gómez-Baggethun
Hoy en ULAD: Jon Fosse: Vaim
Jon Fosse: Vaim
Idioma original: nynorsk (neonoruego) Título original: Vaim Traducción: Meritxell Salvany en catalán para Galàxia Gutenerg y Cristina Gómez-Baggethun en castellano para Random House Año de publicación: 2025 Valoración: muy recomendable Empieza el relato con uno de los ya habituales monólogos interiores de Fosse, en el que el narrador (de nombre Jatgeir) nos cuenta en primera persona su viaje a la droguería de Bjørgvin en búsqueda de un carrete de hilo negro y una aguja para coser un botón que se le había caído, pues sabe que en la de su ciudad es posible que no encuentre lo que busca. Pero, para su sorpresa y desgracia, se encuentra pagando un precio a su entender desorbitado y ello le lleva a cuestionarse el porqué de esos viajes en barca a Bjørvin con el único fin de ir a la droguería, por qué sigue yendo ahí únicamente para ese propósito y, en su intento de entender el motivo, se da cuenta de que las respuestas se hallan en su interior, en los recuerdos de su juventud, cuando hacía esos viajes frecuentando las tabernas con «la esperanza de encontrar alguien con quien compartir de la vida» reconociendo a la postre que «quizá, aquella historia de tener que ir a comprar hilo y aguja sea como sea, solo debía ser una excusa que me había urdido para poder coger la barca y venir hasta Bjørvin ahora que habían llegado las vacaciones de verano y no tenía que trabajar». Pero ese viaje le conduce también a otra isla vecina, Sartor, que le transporta en un viaje también mental en el que rememora sus recuerdos de adolescencia y con ello un antiguo amor por una joven, nunca expresado de manera directa, un enamoramiento guardado para sí mismo en una suerte de idolatría y admiración por alguien a quien apenas conocía, porque «a ella no le había hablado nunca, de sus sentimientos, solo faltaría, que yo no hubiera osado confesar nada parecido a una mujer jamas de la vida”. Con esta premisa, vemos que en esta corta novela y que conforma la primera parte de una trilogía, Fosse vuelve a los terrenos que ya conocemos de su obra: el monólogo interior, constante, que fluye con una suave transición entre memoria, reflexiones y diálogos, con un estilo que destaca por una gran ausencia de signos de puntuación que separen los registros y con ello, de forma mezclada pero puramente nítida, los recuerdos del protagonista se mezclan con alucinaciones y espejismos en las que la realidad se confunde con la fantasía, en un claro ejercicio de intento de restituir aquello perdido incluso sin haber existido, un esfuerzo por recuperar más que una realidad una sensación, un deseo, en un acto de clara nostalgia hacia un presente que hubiera sido de otro modo si un gesto, un pequeño acto del pasado hubiera sucedido o lo hubiera provocado con un paso nunca dado; un constante lamento y resquemor que le corroe y le persigue desde años ha. Y, cuando uno está ya inmerso en la vida de Jatgeir, arranca el segundo capítulo con un cambio de narrador, aunque sigue con el mismo estilo de voces interiores, dudas entre lo vivido y lo imaginado, etc. Esta segunda parte nos da una visión diferente y ampliada de la historia contada en la primera, y es interesante pues sigue el estilo de Fosse de monólogos internos, aunque en este caso la imagen que nos transmite es la de un segundo observador. Ya la tercera parte es mucho más compleja y juega al despiste de manera continua esgrimiendo un texto en el que la confusión y los alternados momentos temporales pueblan el relato hasta llegar a un punto en el que no está claro quién habla ni el orden de las cosas pero uno están tan enfrascado en la lectura y los paralelismos y ángulos de visión que la historia se disfruta y nos mantiene atados a ella. Estilísticamente, es innegable que el estilo de Fosse con el monólogo continuo te recoge y te envuelve, arrastrándote en esos continuos diálogos internos que te llevan a interiorizarlos casi como propios, consiguiendo que el lector se contagie y empatice de manera inexorable dejando que el texto lo lleve donde el autor pretende, hábilmente, con el fin de hacerlo testimonio a la vez que también protagonista de sus infortunios porque siempre en los relatos de Fosse aparece el pasado con forma de espectro, mezclando sueños y realidades empujado por el deseo de cambiar infructuosamente aquello que ya es permanente y sin opción de vuelta atrás. En esas alucinaciones Fosse intenta que sus protagonistas encuentren el momento de ajustar cuentas con su pasado, aunque siempre lo hacen desde un estado próximo a la desesperación, a la incredulidad y al desasosiego. Con este texto, Fosse ha tejido una obra coral, caleidoscópica en la que los personajes son protagonistas de manera parcial, como vehículo para transmitir aquello que el autor pretende: la necesidad de restituir el pasado, de reencontrarse a uno mismo, con la sensación siempre evidente que la búsqueda se convierte en una súplica, un lamento por lo perdido, por lo nunca tenido pero siempre ansiado. Y, a pesar de que el argumento no es novedoso en sí, la manera de narrar de Fosse y lo que transmite despierta unas grandes ansias de leer la publicación de las dos partes que faltan para poder así ampliar un poco más el espectro coral que Fosse ha tejido magistralmente en esta última obra. Tambien de Jon Fosse en ULAD: Blancura, El otro nombre (Septología I), Mañana y tarde, Ales junto a la hoguera
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November 14, 2025 at 1:02 PM
Hoy en ULAD: Jon Fosse: Vaim
Jon Fosse: Vaim
Idioma original: nynorsk (neonoruego) Título original: Vaim Traducción: Meritxell Salvany en catalán para Galàxia Gutenerg y Cristina Gómez-Baggethun en castellano para Random House Año de publicación: 2025 Valoración: muy recomendable Empieza el relato con uno de los ya habituales monólogos interiores de Fosse, en el que el narrador (de nombre Jatgeir) nos cuenta en primera persona su viaje a la droguería de Bjørgvin en búsqueda de un carrete de hilo negro y una aguja para coser un botón que se le había caído, pues sabe que en la de su ciudad es posible que no encuentre lo que busca. Pero, para su sorpresa y desgracia, se encuentra pagando un precio a su entender desorbitado y ello le lleva a cuestionarse el porqué de esos viajes en barca a Bjørvin con el único fin de ir a la droguería, por qué sigue yendo ahí únicamente para ese propósito y, en su intento de entender el motivo, se da cuenta de que las respuestas se hallan en su interior, en los recuerdos de su juventud, cuando hacía esos viajes frecuentando las tabernas con «la esperanza de encontrar alguien con quien compartir de la vida» reconociendo a la postre que «quizá, aquella historia de tener que ir a comprar hilo y aguja sea como sea, solo debía ser una excusa que me había urdido para poder coger la barca y venir hasta Bjørvin ahora que habían llegado las vacaciones de verano y no tenía que trabajar». Pero ese viaje le conduce también a otra isla vecina, Sartor, que le transporta en un viaje también mental en el que rememora sus recuerdos de adolescencia y con ello un antiguo amor por una joven, nunca expresado de manera directa, un enamoramiento guardado para sí mismo en una suerte de idolatría y admiración por alguien a quien apenas conocía, porque «a ella no le había hablado nunca, de sus sentimientos, solo faltaría, que yo no hubiera osado confesar nada parecido a una mujer jamas de la vida”. Con esta premisa, vemos que en esta corta novela y que conforma la primera parte de una trilogía, Fosse vuelve a los terrenos que ya conocemos de su obra: el monólogo interior, constante, que fluye con una suave transición entre memoria, reflexiones y diálogos, con un estilo que destaca por una gran ausencia de signos de puntuación que separen los registros y con ello, de forma mezclada pero puramente nítida, los recuerdos del protagonista se mezclan con alucinaciones y espejismos en las que la realidad se confunde con la fantasía, en un claro ejercicio de intento de restituir aquello perdido incluso sin haber existido, un esfuerzo por recuperar más que una realidad una sensación, un deseo, en un acto de clara nostalgia hacia un presente que hubiera sido de otro modo si un gesto, un pequeño acto del pasado hubiera sucedido o lo hubiera provocado con un paso nunca dado; un constante lamento y resquemor que le corroe y le persigue desde años ha. Y, cuando uno está ya inmerso en la vida de Jatgeir, arranca el segundo capítulo con un cambio de narrador, aunque sigue con el mismo estilo de voces interiores, dudas entre lo vivido y lo imaginado, etc. Esta segunda parte nos da una visión diferente y ampliada de la historia contada en la primera, y es interesante pues sigue el estilo de Fosse de monólogos internos, aunque en este caso la imagen que nos transmite es la de un segundo observador. Ya la tercera parte es mucho más compleja y juega al despiste de manera continua esgrimiendo un texto en el que la confusión y los alternados momentos temporales pueblan el relato hasta llegar a un punto en el que no está claro quién habla ni el orden de las cosas pero uno están tan enfrascado en la lectura y los paralelismos y ángulos de visión que la historia se disfruta y nos mantiene atados a ella. Estilísticamente, es innegable que el estilo de Fosse con el monólogo continuo te recoge y te envuelve, arrastrándote en esos continuos diálogos internos que te llevan a interiorizarlos casi como propios, consiguiendo que el lector se contagie y empatice de manera inexorable dejando que el texto lo lleve donde el autor pretende, hábilmente, con el fin de hacerlo testimonio a la vez que también protagonista de sus infortunios porque siempre en los relatos de Fosse aparece el pasado con forma de espectro, mezclando sueños y realidades empujado por el deseo de cambiar infructuosamente aquello que ya es permanente y sin opción de vuelta atrás. En esas alucinaciones Fosse intenta que sus protagonistas encuentren el momento de ajustar cuentas con su pasado, aunque siempre lo hacen desde un estado próximo a la desesperación, a la incredulidad y al desasosiego. Con este texto, Fosse ha tejido una obra coral, caleidoscópica en la que los personajes son protagonistas de manera parcial, como vehículo para transmitir aquello que el autor pretende: la necesidad de restituir el pasado, de reencontrarse a uno mismo, con la sensación siempre evidente que la búsqueda se convierte en una súplica, un lamento por lo perdido, por lo nunca tenido pero siempre ansiado. Y, a pesar de que el argumento no es novedoso en sí, la manera de narrar de Fosse y lo que transmite despierta unas grandes ansias de leer la publicación de las dos partes que faltan para poder así ampliar un poco más el espectro coral que Fosse ha tejido magistralmente en esta última obra. Tambien de Jon Fosse en ULAD: Blancura, El otro nombre (Septología I), Mañana y tarde, Ales junto a la hoguera
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November 14, 2025 at 11:50 AM
Hoy en ULAD: Garazi Albizua: Termita
Garazi Albizua: Termita
Idioma: español Año de publicación: 2024 Valoración: entre recomendable y está bien  La protagonista de esta novela con título de bichito que se come la madera es una mujer que vive con su abuela en un caserón de las afueras de alguna localidad sin especificar, física y socialmente distanciadas del resto de la comunidad, que las evita, excepto para solicitarle favores a la abuela, que practica ciertas brujerías... Sí, no me he equivocado de novela, amigos/as de este blog; este comienzo bien podría servir para otra novela ya reseñada magníficamente en este blog, (magníficamente por mis compañeros Santi y Oriol, quiero decir, que yo no di un palo al agua), de tal forma que cualquiera podría pensar que Garazi Albizua se ha inspirado, de forma consciente o no, en la novela de Layla Martínez... Bueno, pues hasta ahí, porque lo cierto es que, más allá de la primera premisa, ambas novelas no tienen mucho que ver la una con la otra. La que nos traemos hoy entre manos no nos propone una historia de carácter o con componentes sobrenaturales -aparte de las supuestas brujerías que he mencionado-, ni tampoco una reivindicación de los humillados por el pasado -bueno, un poco sí, pero de forma tangencial-; se trata, en cambio, de un conjunto de vivencias, pensamientos y recuerdos de la protagonista, una mujer ya madura con ciertos problemas de relación social, un trastorno de apetito desenfrenado y un vínculo  basado (aparentemente) en la dicotomía amor/odio con su abuela, a la que ella llama la Termita. Es la figura de la abuela, precisamente, la que va tomando cada vez más importancia a lo largo de la novela, haciéndose un hueco en el espacio ocupado, casi en su totalidad, por la protagonista/narradora y sus cuitas; de hecho, hasta el final es difícil entender porqué la autora le ha puesto este título a la novela, pues en gran parte de ésta la abuela es un personaje de fondo, extraño y enigmático, si se quiere, pero no central. Extraño y enigmático para su nieta, claro, que si algo demuestra a lo largo de la novela es que es un ejemplo evidente de una narradora poco fiable, de forma que la percepción que tenemos de ella y de su entorno cambia a lo largo del libro; es evidente también que se trata de una persona con problemas psicológicos o con "disforia existencial", si se prefiere usar una expresión más ad hoc... aunque no errónea porque, de hecho, tiene algo de personaje de novela existencialista, como un Meursault femenino, gord... perdón, de tamaño diferente y que trabajara de teleoperadora. Bueno, también en apariencia, porque al final (y no pretendo hacer un spoiler, así que seguid leyendo bajo vuestra responsabilidad), la historia se revela más como un drama familiar lleno de buenos sentimientos que como una descarnada y escéptica novela sobre contra el mundo y contra la vida, que diría nuestro amigo Michel... La cierta confusión para una lectura lineal de esta novela que nos puede inducir una protagonista-narradora de estas características -siento denominarla siempre así, pero es que en el libro no llegamos a conocer su nombre- resulta desconcertante en un principio pero, a la postre, se entiende su causa y, es más, refuerza la comprensión de la historia que, ya digo, resulta contarnos algo diferente de lo que parece en un principio.  Ayuda a que nos sumerjamos en la novela, en gran medida, la prosa de esta autora vasca, llena de brío y recursos, con un estilo fácil de emparentar con el de muchas escritoras contemporáneas, sobre todo (aunque no sólo latinoamericanas) que retratan a sus personajes femeninos y sus circunstancias vitales "sin pelos en la pluma", por así decir, sin obviar lo que de conflictivo, violento o , desagradable que tiene el mundo que las rodea, las urgencias del sexo sin remilgos o las esclavitudes y miserias del cuerpo. No hace falta que dé nombres, supongo, pero sí añadiré que, a diferencia de alguna que otra escritora, en el caso de Garazi Albizua esta identificación de su estilo con una posible tendencia literaria contemporánea femenina  (todo este rollo es para no poner el término "movimiento", puesto que no lo es) no resulta impostada ni manierista, sino perfectamente adecuada a lo que nos quiere contar.  Es cierto que el partir de una premisa similar al la de otra novela que ha tenido gran éxito (al menos en España), si bien no es óbice para escribir otra igualmente interesante (ni es algo insólito; no es el primer caso que me encuentro este año), sí que le puede haber restado a Termita algo de impacto y repercusión... Aunque también hay que decir que le han dado el premio Euskadi de Literatura en Castellano, que, mira, no está nada mal.
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November 13, 2025 at 11:08 AM
Hoy en ULAD: Leonard Cline: La estancia oscura
Leonard Cline: La estancia oscura
Idioma original: InglésTítulo original: The Dark Chamber Traducción: Santiago GarcíaAño de publicación: 1927Valoración: Recomendable La estancia oscura es una novela de terror excelente, ideal para amantes del género, de la literatura psicológica y del decadentismo. Tiene una factura impecable, un tono lúgubre, una ambientación espeluznante, personajes repletos de aristas oscuras y un manejo temático tan ambicioso como nítido. H. P. Lovecraft dijo de ella en su celebrado ensayo El horror sobrenatural en la literatura: «De gran altura artística es la novela La estancia oscura (1927), del difunto Leonard Cline. Se trata de la historia de un hombre que –con la ambición característica del héroe malvado gótico o byroniano– trata de desafiar a la naturaleza y recuperar cada uno de los momentos de su vida pasada mediante el estímulo anormal de la memoria. Para ello utiliza interminables notas, escritos, objetos evocadores y retratos, y después olores, música y drogas exóticas. Por último, su ambición va más allá de su vida y llega hasta los negros abismos de la memoria hereditaria..., alcanzando incluso los tiempos prehumanos de las ciénagas del periodo carbonífero, y las inimaginables profundidades de los tiempos y seres primordiales... hasta que su gran perro empieza a sentir miedo de él...» En La estancia oscura, Oscar Fitzalan, un joven músico de origen humilde, es contratado por Richard Pride para llevar a cabo unos misteriosos experimentos en torno a la memoria. Fitzalan se aloja en la mansión de Pride, Mordance Hall, un lugar decadente y oscuro rodeado de montañas y bosques. Allí conoce a Miriam y Janet Pride, esposa e hija de su anfitrión respectivamente, y a Wilfred Hough, el secretario de éste. Pronto descubrirá las dinámicas tóxicas que hay entre todos ellos, y se verá inmerso en su degradación psicológica, moral y física. Un escritor menor que dispusiera de la misma premisa que Cline hubiera fabricado una novela más convencional: una que no mantuviese con acierto el equilibrio entre lo realista y lo fantástico, dejando a opinión del lector determinar de qué pie cojea; una en la que el argumento, en vez de refinar lo folletinesco, cayera de lleno en sus peores tropos; una que se centrara en los intereantes experimentos de Richard Pride (que a todas luces influyeron a Lovecraft y Clark Ashton Smith), pero que descuidara en el proceso tantas otras vetas argumentales igual de sugerentes. En fin, quienes se animen a leer La estancia oscura recuerden que no se trata de una obra de terror al uso y que éste se manifiesta de forma extremadamente sutil.  También de Leonard Cline en ULAD: Aquí
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November 12, 2025 at 11:23 AM
Hoy en ULAD: N.D. Cocea: El vino de larga vida
N.D. Cocea: El vino de larga vida
Idioma original: Rumano Título original: Vinul de viață lungăAño de publicación: 1931Traducción: Borja Mozo MartínValoración: Bastante recomendable - A ver, listillos: Tirando de memoria, ¿cuántos escritores rumanos podéis nombrar? - Cartarescu.- Sí, sí, muy bien, correcto.- ¡Hertha Muller!- Medio punto porque nació en Rumanía pero escribe en alemán.- ¿Cioran?- Lo mismo que a quien ha dicho Hertha Muller, pero en francés.- Max Blecher.- A ver, ¿quién cojones es el repelente que ha dicho Max Blecher?... Vamos, que las vacas sagradas y poquito más, eh! Bueno, pues para demostrar una vez más lo "rarunos" que somos (y también por si pensáis ir a Pasapalabra y os preguntan "C: apellido del escritor rumano autor de la novela El vino de larga vida"), aquí os traemos una novela de 1931 de un autor rescatado hace escasas semanas por la editorial Muñeca Infinita. Hablamos de El vino de larga vida y de Nicolae (Ceaucescu. No, no, que nos cierran el blog) Dumitru Cocea. Pese a su brevedad, apenas 120 páginas, la novela lleva en su interior 3 o 4 libros diferentes. Porque aunque digamos que el envoltorio general es el de un cuento moral (¿como los de Erich Rohmer? pregunta el ya mencionado repelente), la novela contiene partes que podrían ser leídas como novela de iniciación, como novela social o como drama lorquiano, con un punto que me recuerda a La hiedra de Grazia Deledda. Vayamos por partes: * Novela de iniciación en forma del aprendizaje que el joven juez auxiliar extrae de su relación con Don Manole, noble local "apestado" y blanco de las habladurías de las "fuerzas vivas" del pueblo. * Novela social a través de la crítica a personajillos como el alcalde, el cura, etc y las creencias / supersticiones de estos y de la contraposición entre sus ideas y opiniones y las de Don Manole (retornado de París, amante de la buena vida, el arte y los libros, etc) * Drama lorquiano por esa historia que Don Manole narra al juez en la parte final de la novela y que marca un punto de inflexión en la vida de aquel. Esta es la parte que me ha traído a la mente a Grazia Deledda y su novela La hiedra, de temática más o menos cercana y con la que comparte protagonismo el paisaje que rodea a los personajes. Y aunque estos ingredientes por separado podrían dar lugar a un batiburrillo del carajo, Cocea los integra de forma coherente bajo la ya comentada forma de cuento moral, con el que nos invita a pensar en lo realmente importante, en si estamos prestando excesiva atención a estupideces, en qué demonios es la felicidad y cómo tratar de hallarla, en si estamos acertando o no con nuestra forma de los distintos aspectos de la vida. Me queda, en el lado menos bueno, la sensación de que Cocea podría haber ahondado más en las relaciones de poder que se establecen entre los miembros de las fuerzas vivas del pueblo y que el cuento que se añade al final del texto, obra de Corina Sabau y que vendría a ser una especie de revisión / actualización de la novela de Cocea, no está a la altura de este. Pero la impresión global es más que favorable, así que bienvenidas estas recuperaciones "medio rarunas" para gente "medio raruna" como nosotros. ¡Y que sean muchas más, oye!
dlvr.it
November 11, 2025 at 11:38 AM
Hoy en ULAD: ZOOM: La culta latiniparla, de Francisco de Quevedo
ZOOM: La culta latiniparla, de Francisco de Quevedo
Idioma original: castellano Año de publicación: 1624 Valoración: Inclasificable   Es sabido que Francisco de Quevedo fue bastante aficionado a meterse en todos los charcos, y su sátira envenenada le llevó a no pocos problemas. Desde luego, su diatriba más famosa fue la que le enfrentó a Góngora, una disputa de origen sobre todo literario, no tan infrecuente en la época (incluso en tiempos mucho más recientes), que seguramente derivó en lo personal por lo afilado y sangrante de las críticas, materia en la que don Luis tampoco se quedó muy atrás. Como ocurre casi siempre con los clásicos, habrá que reconocer que, si exceptuamos quizá La vida del buscón y algún fragmento divulgado por ciertos cantantes, la figura de Quevedo es mucho más conocida por aquellas movidas que por sus obras. Es así, y soy el primero en apuntarme al equipo de los ignorantes. Y de repente se me ocurre, por una razón estúpida que no merece la pena contar, buscar qué demonios es eso de La culta latiniparla, qué se esconde tras la obvia intención del título. Y resulta que es menos que un opúsculo, unas poquitas páginas en las que la el ingenio mordaz de don Francisco se explaya a gusto contra el uso de recursos del lenguaje que pretenden aportar una pátina intelectual y diferenciarse de lo vulgar. No solo el cultismo o el inevitable latinismo, sino también la metáfora voluntariamente opaca, el eufemismo relamido o la frasecita de moda, se van desgranando bajo la verborrea satírica de nuestro autor. De manera que si el texto en sí no da propiamente para una reseña, sí quizá para eso que llamamos metaentrada, un comentario, una reflexión que bien les vendría hacer a unos cuantos perpetradores de libros varios de los que abundan por ahí, incluso a algunos escritores que intentan impresionar con su bagaje léxico, ya sea auténtico o buscado vaya usted a saber en dónde. Si nos fijamos con un poco más de detenimiento, una de las claves nos la sirve el propio texto, que subraya la voluntad de quienes utilizan estos recursos para oscurecer el mensaje, hacerlo inasequible para el receptor, en definitiva levantar una barrera para poner de manifiesto la superioridad del que habla: ‘su lenguaje está como una boca de lobo, con tanta propiedad como una mala noche, y que no se puede ir por su conversacion de v. merced sin linterna’. Sería, es verdad, uno de los dardos que tantas veces dirigió Quevedo hacia Góngora, pero también está descubriendo, creo yo, una forma de clasismo: ‘Quando llamare á las criadas, no diga ola Gomez, ola Sanchez, sino unda Gomez, unda Sanchez, que unda y ola son lo propio, y ellas, aunque no lo entienden en latín, lo obedecen en romance’. Que no es que Quevedo fuese un rojo peligroso, ya sabemos, pero da en el clavo al identificar el lenguaje como una forma de marcar distancias en sociedad. Pero tampoco dejemos de lado que la imprecación se dirige muy concretamente a cierto tipo de mujeres caracterizadas por su inclinación hacia este tipo de uso de la palabra. Lo cual parece que sirve para que alguien, sin pudor ninguno, hable (en una página de internet que por supuesto no voy a linkar) de ‘ataque machista de Quevedo a las mujeres cultas’. Como he tenido el cuajo de leer un poco más de ese panfleto, viene a decir que don Francisco critica que algunas mujeres de la época (después cita una por una a varias de ellas) hubieran alcanzado cierto nivel cultural, gracias al cual podían expresarse en la forma que se critica. Y claro, Quevedo, machista irreductible, no podía soportar que las mujeres tuviesen acceso a la cultura. Ya lo de tachar de machista a un señor del siglo XVII debería hacer sonrojar a quien escribió esta estupidez, pero admitamos que son los tiempos que nos han tocado. Pero lo peor de todo es que no se han enterado de nada. Quevedo ni mucho menos está atacando a las mujeres cultas, que probablemente no fuese quienes caían en el vicio que criticaba, el sarcasmo se dirige contra la pedantería, la forma pretenciosa de expresarse para parecer alguien interesante, escapar de la supuesta vulgaridad de lo cotidiano, quizá para dotarse de un aura de intelectualidad de la que se carece. Si la diatriba enfila precisamente a ciertas mujeres, muy probablemente se debe a que semejante proceder estuviera de moda entre ellas en determinados círculos sociales. Y quién sabe si también tendrá origen en alguna experiencia personal poco grata. Tonterías al margen, si alguien quiere ir a la fuente original, es muy fácil descargarse el pequeño libelo, que se lee en diez minutos, alguno más si uno se quiere detener a examinar con más calma alguna de las expresiones de la época. Ese venenillo tiene cierta gracia, y hasta puede dar para pensar un poco, que nunca está de más. Otras obras de Francisco de Quevedo reseñadas en ULAD: La vida del Buscón llamado don Pablos
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November 10, 2025 at 11:53 AM
Hoy en ULAD: László Krasznahorkai: Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río
László Krasznahorkai: Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río
Idioma original: húngaro Título original: Északról hegy, Délről tó, Nyugatról utak, Keletről folyó Año de publicación: 2003 Traducción: Adam Kovacsics Valoración: recomendable (con muchas reservas) Hola, amigos, soy László Krasznahorkai, pero me pueden decir el Lalo, y hoy les mostraré, en tan solo 170 páginas, mis conocimientos acerca de pagodas y del Chamaecyparis obtusa, más conocido como hinoki, es decir, un árbol del cual sacan la madera para diversas construcciones como templos, palacios, entre otros, es decir, un árbol muy noble y sagrado al cual le debo gran respeto porque me permite reflexionar sobre el infinito y la historia de la humanidad y de cómo somos incapaces de contemplar la belleza, es decir... Bueno, exagero, y a decir verdad, valoro que un escritor encuentre un tema que le permita interiorizar conocimientos y gustos para hablar de ello con emoción, pero la excesiva repetición de ideas condiciona (y mucho) la lectura. Se dice que la prosa de László es como "lava volcánica subterránea" (palabras de uno de sus editores, idea que, con cierta ironía, rebatió el mismo escritor), en el sentido de que, a través de las reiteraciones y circularidades, lo que expresa se va canalizando y procesando en tu interior. Pero me parece que media una (gran) distancia entre lo que quiere contar y el hecho de que, a las cincuenta páginas, ya ha dicho lo que tenía que decir una y mil veces. La trama es mínima: el nieto del príncipe Genji (algunas veces parece que transcurre hace siglos y otras veces es evidente que se desarrolla en un período cercano al nuestro), luego de encontrar en un libro la existencia del jardín más perfecto del mundo, decide escapar de su séquito y buscarlo. Después de dar vueltas en un pueblo y sintiéndose en un laberinto, llega a un templo mientras sus sirvientes lo persiguen (hacen el intento, al menos). Y a partir de ahí empiezan las peculiaridades de la novela. La estructura está basada en capítulos cortos; por lo general, de cinco capítulos, tres se centran en descripciones de la cultura japonesa, uno de breve reflexión o de mirada sobre el paisaje y el último es el que avanza la trama. Uno se siente, efectivamente, como el protagonista ante las puertas del templo, donde luego de las puertas hay otra entrada exactamente igual, y luego de ella hay otra entrada que es menor pero que no reduce su grandeza, y luego de la entrada hay el templo, donde no encuentra lo que busca, es decir, personas o pistas acerca del jardín, salvo chispazos de intuición que olvida tan rápido como le vienen. Toda esta estructura que no llega a ser laberíntica pero que lo es en cierto modo se potencia con la prosa; si bien no es difícil de seguirle la corriente a las oraciones larguísimas (son pocas las ocasiones en las que uno se pierde), uno termina irritándose con el uso de "pues", "es decir", "pero" (no creo que venga por el lado de la traducción, porque Kovacsics trabajó con toda su obra), y la necesidad de desarrollar lo que ya eran obviedades. Quizás es un efecto buscado, porque dudo que un escritor ya consagrado ponga, solo por descuido, que hay una puerta y que te explique que sirve para que una persona pase a otro lugar, pero cuesta conectar y la trama se resiente en unos hilos innecesariamente complejos. Esto explica el "con reservas" de la valoración. Entonces, ¿por qué el recomendable? Porque, más allá de la estructura, la idea es valiosa, la de perseguir un lugar que quizás solo existe en un libro que probablemente nunca existió, que quizás lo inventaste como anhelo de algo más profundo, la idea de que efectivamente lo puedes encontrar y perderlo en el mismo instante, la idea de que hay fuerzas que no controlas que se encargan de que ese jardín (tan sencillo que solo son ocho hinokis, árbol cuyo significado se subraya constantemente), que te quita el poder de describirlo, no se encuentre nunca, y te rindas en tu búsqueda porque el ser humano está hecho para perseguir el infinito y nunca alcanzarlo, porque si existiera el infinito, en la realidad, la vida sería imposible de vivir y nunca llegaríamos a ninguna parte. Hay momentos, páginas, que con solo unas pocas frases dan alcance de la magnitud de los conceptos, lo que me hace pensar que: 1) László ha errado en esta novela y otras son mejores; 2) es más bien una excusa para homenajear la cultura japonesa, cultura que, dependiendo del autor, puedo comprender o no; 3) no era mi día o no era mi libro. Creo que todas son válidas. Lo que sí, preciosa la portada. También de László Krasznahorkai: Tango satánico
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November 9, 2025 at 11:11 AM
Hoy en ULAD: Pola Oloixarac: Bad Hombre
Pola Oloixarac: Bad Hombre
Idioma original: español Año de publicación: 2024 Valoración: recomendable Mucho tiempo desde que reseñé (con no demasiado buen recuerdo) mi primera lectura de Oloixarac. Doce años, cuestión que, permitidme este pequeño paréntesis de solipsismo pseudonostálgico, me producen cierto pasmo, aparte del consabido tópico del tiempo cómo pasa blablabla, también sobre el hecho de que no haya sido una autora que haya inundado el mercado, justo en una época que su perfil, por los motivos que sea, es proclive a una cierta incontinencia que el mercado literario, tal como es hoy, asimila con cierto agrado (y algo de cosdencendencia).  En todo caso, y  a la vista de mis valoraciones, este ritmo, esta dosificación, entiendo que consciente y premeditada, creo que le sientan bien a su obra. Quizás, no soy capaz de aportar una explicación coherente, obre de forma retrospectiva. Leída Bad hombre tengo un cierto regusto agridulce, una sensación algo incómoda de haber sido demasiado duro anteriormente. Pero recomendar Bad hombre no es en modo alguno un mecanismo de compensación.  Para empezar, esta es una novela mucho más insertada en el presente de lo que me parecieron las otras, y su desarrollo, aún con esa tonalidad algo bolañiana consistente en saltar en escenario y tiempo y pensar que esa dispersión acaba conformando un mosaico, como esas pinturas que toman otra forma si nos alejamos de ellas, su desarrollo, repito, es coherente, casi lineal, no exageremos pues hablamos de una autora permeable no solo a sus influencias (insertadas, sobre todo hacia el final del libro) sino al propio momento literario actual, que suele arquear la ceja cuando una obra se adscribe al clásico cánon narrativo. Oloixarac ha creado una línea de confluencia con tintes de auto-ficción (tintes tan marcados que uno estaría tentado por llamar a esto crónica autobiográfica), pero creo que no. Supongo que es otro juego con el lector interponerse en medio de círculos literarios, grupos de Whatsapp, talleres creativos, y sacar a relucir los trapos sucios que pueden surgir en este submundo, o encastrar situaciones de la reciente iconografía desde la explosión de las RRSS. Aquí tenemos hashtags, cancelación, fake news, todo lo que haga falta para apuntalar el pretexto de la novela: la existencia de los bad hombres a qué Trumo aludía (el tiempo, again) en la campaña de su primer mandato. Tenemos entonces algunos ejemplos de seres masculinos que actúan de manera tóxica con los seres femeninos, y, aunque ciertos detalles al final de la novela puedan suscitar alguna duda, una cierta dinámica que puede ser tan disfrutada por la indudable pericia narrativa de la autora como puesta en solfa tildándola de algún ligero deje oportunista. Otras obras de Pola Oloixarac reseñadas en ULAD: aquí
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November 8, 2025 at 11:26 AM
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Publicada la reseña de «Madres e hijos», de Adam Haslett. Publicada por Alianza de Novelas en castellano con traducción de Francisco González López.
Hoy en ULAD: Adam Haslett: Madres e hijos
Adam Haslett: Madres e hijos
Idioma original: inglés Título original: Mothers and Sons Traducción: Francisco González López en castellano para AdN editorial Año de publicación: 2025 Valoración: recomendable Llevaba tiempo esperando una nueva novela de Adam Haslett, un autor al que le sigo la pista desde que leí «Imagina que no estoy», una novela muy redonda, interesante, conmovedora y que destaqué como lo mejor del año. También sus cuentos cortos en Aquí no eres un extraño no tienen pérdida, con un nivel muy elevado. Así que teniendo en cuenta que han pasado ya nueve años desde la publicación de su última novela, la expectativa era muy alta, y las ganas de leerlo le iban a la par. Empieza el relato con un desbordamiento de cotidianidad, de la rutina que envuelve a su personaje principal, Peter, y que nos permite conocer su día a día. Vemos que es un abogado que ejerce en Nueva York, que se desvive por su trabajo porque, aunque en muchas ocasiones se le antoja reiterativo y aburrido, el solo motivo de poder ayudar a inmigrantes a obtener una solicitud de asilo defendiéndoles de la administración que los quieren deportar a su país de origen ya le es motivación suficiente para sentirse recompensado. Cabe decir aquí que el primer tercio del libro está construido desde la pausa, desde la rutina del día a día, y es que en este libro Haslett se toma su tiempo en construir los personajes a pesar de que empieza de manera algo alocada y dubitativa al situar el personaje principal en una situación laboral cotidiana, in media res, como si de repente al lector se le hubieran abierto las puertas por las que atisbar la vida de un personaje en su día a día; un día a día que se nos antoja ajetreado y en apariencia monótono y sin demasiado interés. Ahí el lector se contagia en parte de esa aparente apatía, a la vez que va adentrando en el argumento, pero sin saber muy bien cuál de esas pequeñas historias que constituyen los casos que Peter lleva desencadenará el núcleo central de la trama. Y mientras se avanza con pausa en la búsqueda de esa trama principal, en paralelo, el autor va tejiendo la historia de su madre Ann, desgranando cómo es su vida en comunidad, en un centro que ha creado de ayuda a mujeres, y en cómo su vida se ha encaminado a tal propósito de solidaridad y ayuda.  Madre e hijo, con vidas orientadas a ayudar al prójimo, quizá para subsanar unas heridas del pasado que van reabriéndose a medida que avanza la trama (aunque con cierta dificultad pues en las primeras cien primeras páginas uno transita intentando indagar hacia dónde lleva todo esto, sin llegar a tener la certeza de que el camino sea el adecuado). Ya a partir de ahí, y trazados los mimbres sobre los cuales construir (ya sí) la historia, vemos como el buen creador de personajes que es Haslett nos cuenta una historia de fragilidades e incomprensiones, de tensiones ambientales pero también familiares, de aceptación y de reconciliación, de saber abrirse caminos a través de la maleza enredada por generaciones y costumbres. Es en este entorno donde Haslett destaca, porque es bueno retratando personajes y relaciones, creando, pero especialmente manteniendo, la tensión en núcleos familiares en cierta manera anquilosados y reacios al cambio. Es en estas situaciones (en ocasiones se asemejaría a la literatura de Franzen) donde nos devuelve a su anterior novela, pues lo hizo de manera magistral en «Imagina que no estoy», aunque en este caso tarda demasiado en llegar a ese punto en el que uno se engancha y necesita demasiadas páginas para llegar al punto de inflexión donde todo empieza a encajar. Demasiadas páginas destinadas a una cotidianeidad que dificulta que la historia avance y encuentre ese punto de enganche con el lector. Eso sí, cuando llega, entonces ya la lectura es fluida e interesante y vale la pena por la historia que cuenta y porque nos invita a la reflexión sobre cuanto pesan sobre nuestras vidas los hechos del pasado que dejamos sin resolver a la espera que el tiempo los cubra con una capa de sostenida tranquilidad. También de Adam Haslett en ULAD: Imagina que no estoy, Union Atlantic, Aquí no eres un extraño
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November 7, 2025 at 1:36 PM
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En páginas finales de «Vaim», de Jon Fosse. Publicado en catalán por @galaxiagutenberg.bsky.social con traducción de Meritxell Salvany y en castellano por @randomhousees.bsky.social con traducción de Cristina Gómez-Baggethun. #habráreseña en @unlibroaldia.bsky.social
November 7, 2025 at 1:45 PM
Hoy en ULAD: Patrick Horvath: Bajo los árboles, donde nadie te ve
Patrick Horvath: Bajo los árboles, donde nadie te ve
Idioma original: inglés Título original: Beneath the Trees Where Nobody Sees Año de publicación: 2023 Traducción: Santiago García Valoración: recomendable, pero no para todos los gustos La pequeña ciudad de Woodcreek es una pintoresca y tranquilísima localidad donde todo el mundo se conoce, se ayuda  y son amables unos con otros, un remanso de paz y calidad de vida  al viejo estilo, que es especialmente apreciado por Samantha Strong, la dueña de la ferretería, una ciudadana también especialmente querida y ejemplar. Claro que Samantha necesita, de vez en cuando, darse una vuelta por la ciudad para poder explayar su verdadera naturaleza, lejos de sus vecinos. Porque Samantha resulta ser una asesina en serie que, eso sí, se cuida de matar siempre lejos de Woodbrook y, por supuesto, a ningún conocido. Sin embargo, alguien más en el pueblo comienza a cometer horrendos crímenes sin preocuparse de estas precauciones y nuestra asesina deberá asumir el papel de detective para encontrar quién es, antes de que las investigaciones oficiales la puedan localizar a ella. Con este argumento se puede construir un estupendo thriller -lo que, de hecho, es esta novela gráfica- o también una comedia negrísima; Bajo lo árboles... consigue combinar ambos géneros gracias a la elección gráfica que hace su autor. Porque los personajes de la historia, los habitantes de ese idílico pueblo que es Woodcreek no son tienen el aspecto de personas, sino de animales antropomorfos, como en cualquier historieta para niños al uso. Ni siquiera se ha buscado darles un aire de ferocidad -en el caso de los asesinos, me refiero- sino, al contrario, el look de todo el libro es dulce, tirando a ñoño; la propia Samantha es una osita con cierto parecido a los conocidos (quizás ya no tanto) Osos Amorosos y, junto a ella, encontramos, conejos, ratones, cerditos... en fin, la fauna habitual de cualquier cuento infantil. Lo mismo ocurre con la gama cromática empleada, a base de colores suaves, muchas veces lo que llamamos "pastel", tan sólo rotos, en los momentos más truculentos -que lo son mucho, aviso-, por el rojo de la sangre. Porque ahí está la gracia de libro, en esa combinación de lo cursi o ñoño con la violencia más extrema, con la recreación sanguinolenta de la psicopatía extrema. algo a lo que estamos acostumbrados y aceptamos en la ficción sobre psicokillers, ya sean literarias o cinematográficas, pero que impacta más, por contraste, en un cómic que parece destinado al público infantil (por cierto, quien se lleve este libro a casa, por favor, que no lo deje al alcance de los niños. Repito: NO ES UN LIBRO PARA NIÑOS). Como he leído en alguna crítica, este cómic sería como introducir la trama de El silencio de los corderos en el mundo de Winnie the Pooh. Un El viento en los sauces con Patrick Bateman haciendo de las suyas. En realidad, parece que hay toda una tendencia "cuquitruculenta" o cute gore (el término tampoco es mío; lo he leído en otra crítica) en el cómic y la animación actuales... Me estoy acordando de la tremebunda película Unicorn Wars), consistente en esta mezcla de ilustraciones de aire cándido o infantil con argumentos perturbadores. Tal vez se deba, en origen, a la influencia del arte Lowbrow, no lo sé, pero prometo inquirir en el asunto... También se le puede dar a esta novela gráfica, aunque no sé si era la intención de su autor, un significado sociopolítico: Samantha vive feliz en un entorno ideal e idealizado, como la supuesta sociedad de tiempos pasados que añoran ciertos sectores "nostálgicos" (por decirlo así) tanto en EE.UU. como aquí... Una sociedad donde cada cual tenía su lugar y no se salía de su sitio, donde los vicios y los defectos se escondían debajo de la alfombra; de hecho, nuestra gentil osita se desplazaba a la babilónica ciudad para cometer sus propios crímenes, hasta que algo, en este caso una competencia imprevista, hace saltar ese orden y pone de manifiesto la falsedad del sistema. Lo mismo que el orden pasado ideal que algunos (o muchos) reivindican hoy en día no existió nunca, parece decirnos Horvath, pues tan sólo era necesario fijarse en sus aspectos discordantes para que se le vieran las costuras. Lo que no significa que seguir un cierto orden no resulte importante...
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November 7, 2025 at 11:41 AM
Hoy en ULAD: Adam Haslett: Madres e hijos
Adam Haslett: Madres e hijos
Idioma original: inglés Título original: Mothers and Sons Traducción: Francisco González López en castellano para AdN editorial Año de publicación: 2025 Valoración: recomendable Llevaba tiempo esperando una nueva novela de Adam Haslett, un autor al que le sigo la pista desde que leí «Imagina que no estoy», una novela muy redonda, interesante, conmovedora y que destaqué como lo mejor del año. También sus cuentos cortos en Aquí no eres un extraño no tienen pérdida, con un nivel muy elevado. Así que teniendo en cuenta que han pasado ya nueve años desde la publicación de su última novela, la expectativa era muy alta, y las ganas de leerlo le iban a la par. Empieza el relato con un desbordamiento de cotidianidad, de la rutina que envuelve a su personaje principal, Peter, y que nos permite conocer su día a día. Vemos que es un abogado que ejerce en Nueva York, que se desvive por su trabajo porque, aunque en muchas ocasiones se le antoja reiterativo y aburrido, el solo motivo de poder ayudar a inmigrantes a obtener una solicitud de asilo defendiéndoles de la administración que los quieren deportar a su país de origen ya le es motivación suficiente para sentirse recompensado. Cabe decir aquí que el primer tercio del libro está construido desde la pausa, desde la rutina del día a día, y es que en este libro Haslett se toma su tiempo en construir los personajes a pesar de que empieza de manera algo alocada y dubitativa al situar el personaje principal en una situación laboral cotidiana, in media res, como si de repente al lector se le hubieran abierto las puertas por las que atisbar la vida de un personaje en su día a día; un día a día que se nos antoja ajetreado y en apariencia monótono y sin demasiado interés. Ahí el lector se contagia en parte de esa aparente apatía, a la vez que va adentrando en el argumento, pero sin saber muy bien cuál de esas pequeñas historias que constituyen los casos que Peter lleva desencadenará el núcleo central de la trama. Y mientras se avanza con pausa en la búsqueda de esa trama principal, en paralelo, el autor va tejiendo la historia de su madre Ann, desgranando cómo es su vida en comunidad, en un centro que ha creado de ayuda a mujeres, y en cómo su vida se ha encaminado a tal propósito de solidaridad y ayuda.  Madre e hijo, con vidas orientadas a ayudar al prójimo, quizá para subsanar unas heridas del pasado que van reabriéndose a medida que avanza la trama (aunque con cierta dificultad pues en las primeras cien primeras páginas uno transita intentando indagar hacia dónde lleva todo esto, sin llegar a tener la certeza de que el camino sea el adecuado). Ya a partir de ahí, y trazados los mimbres sobre los cuales construir (ya sí) la historia, vemos como el buen creador de personajes que es Haslett nos cuenta una historia de fragilidades e incomprensiones, de tensiones ambientales pero también familiares, de aceptación y de reconciliación, de saber abrirse caminos a través de la maleza enredada por generaciones y costumbres. Es en este entorno donde Haslett destaca, porque es bueno retratando personajes y relaciones, creando, pero especialmente manteniendo, la tensión en núcleos familiares en cierta manera anquilosados y reacios al cambio. Es en estas situaciones (en ocasiones se asemejaría a la literatura de Franzen) donde nos devuelve a su anterior novela, pues lo hizo de manera magistral en «Imagina que no estoy», aunque en este caso tarda demasiado en llegar a ese punto en el que uno se engancha y necesita demasiadas páginas para llegar al punto de inflexión donde todo empieza a encajar. Demasiadas páginas destinadas a una cotidianeidad que dificulta que la historia avance y encuentre ese punto de enganche con el lector. Eso sí, cuando llega, entonces ya la lectura es fluida e interesante y vale la pena por la historia que cuenta y porque nos invita a la reflexión sobre cuanto pesan sobre nuestras vidas los hechos del pasado que dejamos sin resolver a la espera que el tiempo los cubra con una capa de sostenida tranquilidad. También de Adam Haslett en ULAD: Imagina que no estoy, Union Atlantic, Aquí no eres un extraño
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November 6, 2025 at 11:56 AM
Hoy en ULAD: Abraham Merritt: ¡Arde, bruja, arde!
Abraham Merritt: ¡Arde, bruja, arde!
Idioma original: InglésTítulo original: ¡Arde, bruja, arde!Año de publicación (por entregas): 1932Traducción: ¿?Valoración: Se deja leer Un reputado neurólogo, el doctor Lowell, recibe una madrugada la visita de Ricori, un líder mafioso que le trae a su mano derecha, un hombre aquejado por un mal inexplicable. El paciente, que presenta una rigidez anormal y un rostro desfigurado por el terror, no tarda en morir. Tanto Lowell como Ricori inician entonces una investigación para descubrir qué ha sucedido, y terminan enfrentándose a una perversa bruja y sus diabólicos sirvientes, unos muñecos que siguen sus órdenes. Este es el argumento de ¡Arde, bruja, arde!, novela con cierto aroma "pulp" de Abraham Merritt que, si bien resulta una lectura entretenida, no llega a ser memorable y da la impresión de que podría haberse ejecutado con mayor solvencia. Personalmente, siento que la acuciante falta de acción, las excesivas explicaciones de los personajes y el cuestionamiento constante que Lowell hace de la magia la convierten en pesada. Asimismo, creo que su final es anticlimático, y que la villana, aunque imponente en algunos tramos de la historia, no parece tan amenazante como debería durante otros. Resumiendo: ¡Arde, bruja, arde! es una novela correcta. Aunque sus limitaciones impiden que se disfrute en exceso, no defraudará a quienes acudan a ella con las expectativas bajas. Por cierto, no hay término medio en las cubiertas de sus ediciones en español: o son preciosas o entrañablemente casposas. Ah, la novela de Merritt fue adaptada libremente al cine en 1936 por el cineasta Tod Browning.
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November 5, 2025 at 11:14 AM
Hoy en ULAD: Reseña + entrevista: Michel Houellebecq. La corrosión de lo humano de José Carlos Rodrigo Breto
Reseña + entrevista: Michel Houellebecq. La corrosión de lo humano de José Carlos Rodrigo Breto
Idioma original: Español Año de publicación: 2025 Valoración: Bastante recomendable Hace unos días hablábamos de Céline y de la separación entre obra y autor. Y hoy toca hablar de Michel Houellebecq, quien podría, hasta cierto punto, ser considerado una especie de "heredero" de Céline, tanto en lo literario como en la polémica que rodea su enjuta figura y su obra. Como sucede con Céline (y con muchos otros), creo que en el caso de Houellebecq hay que poner el foco en la obra y dejar de lado declaraciones más o menos "altisonantes". ¡Ya sabemos cómo se las gastan nuestros vecinos del norte con eso de escandalizar, epatar a la burguesía, los enfant terribles y esas cosillas!  El caso es que con su Michel Houellebecq. La corrosión de lo humano, Breto se centra en lo literario y desgrana las nueve novelas (y algo de El mundo como supermercado) publicadas hasta la fecha por el francés a través de las influencias, los temas y las obsesiones que las recorren.  Y aunque el propio autor nos avise de que este este es un libro triste que habla de libros tristes con personajes tristes, creo que el análisis (quizá un pelín reiterativo en algunos momentos) que hace Breto de la obra de Houellebecq es asequible tanto para fans irredentos como para no iniciados. Porque... ¿a quién lo le puede interesar el análisis de la obra que mejor refleja en final del siglo XX y el comienzo del XXI, que mejor habla de la soledad de la existencia, de la decadencia, del despojamiento, de la reformulación del ser humano? ¡Sí, Juan, sí, es lo que hay! Digo que se trata de un análisis asequible porque las referencias o influencias que encontramos en Houellebecq son perfectamente reconocibles (Albert Camus y su Meursault, Kafka y mucha de su obra, Perter Handke y su Bloch) y porque cualquier hombre blanco, europeo, de entre 30-60 años y medianamente heterosexual podrá identificar algunas, muchas o todas de las obsesiones y temas que recorren las novelas: vacío existencial, amargura, alienación y desesperación, melancolía, esperanzas frustradas, etc. Por eso quizá hay gente a la que resulta tan "desagradable" su lectura, porque no hace otra cosa que ponernos frente a un espejo para que veamos en el nuestros "lujos y miserias".  Lo anterior nos lleva a plantearnos si no será Michel Houellebecq el escritor existencialista de nuestra época (si Michel lee esto, igual nos mata) o el último humanista en un mundo deshumanizado. Es posible, aunque yo le veo más como esos escritores centroeuropeos del período de entreguerras o como los rusos de mediados y finales del XIX, escritores que retrataron como pocos al ser humano y el final de una época, esa que les tocó vivir y sufrir. De ahí su vigencia y su universalidad, la que esperemos tenga Houellebecq en el futuro. No me enrollo más. No hablaré aquí de las 3 etapas que Breto distingue en la obra novelesca de Houellebecq, su carácter más o menos visionario, etc. De eso hablamos en la charla que mantuvimos con él y que enlazamos a continuación. Así que bajad a pillar algo de comida envasada a Carrefour y a ver el vídeo!!! P.S.: Me parece "indignante" que este libro no lleve en cubierta una foto de Michel Houellebecq. ¡Espero que la segunda edición del libro la incluya! También de Rodrigo Breto en ULAD: Nuevo kafkarama
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November 4, 2025 at 11:29 AM
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Ya se ve que,pese a tus conocimientos literarios, no eres seguidor de @unlibroaldia.bsky.social
Semana dedicada a reseñas sobre el tema, este mismo año:
unlibroaldia.blogspot.com/2025/03/padr...
Padres de libro: <i>Literatura infantil</i> de Alejandro Zambra
Coincidiendo con el Día del Padre (19 de marzo), en ULAD hemos pensado dedicar una serie de entradas a libros que tratan, de una manera o de...
unlibroaldia.blogspot.com
November 2, 2025 at 9:30 PM
Hoy en ULAD: César Aira: En El Pensamiento
César Aira: En El Pensamiento
Idioma original: castellano Año de publicación: 2024 Valoración: Recomendable No sé si a alguien más le pasa, pero a mí valorar lecturas de César Aira me parece bastante complicado, quizá porque le leo muy de cuando en cuando. Me parece que escribe extraordinariamente bien, con capacidad para crear las atmósferas adecuadas, jugar al despiste con facilidad pasmosa y talentazo para sacar petróleo de cualquier cosa por insignificante que parezca. Todo esto solo lo puede conseguir un escritor con técnica y sensibilidad que brotan con naturalidad y llevan la palabra justa al lugar adecuado para construir narraciones siempre inteligentes y a veces de enorme belleza. Si alguien se ha fijado en la mayúscula del título se habrá dado cuenta de que El Pensamiento es un lugar, en concreto un pueblito minúsculo, una pequeña aldea construida en torno a una estación del ferrocarril que une (o unía, no sé) Rosario con Puerto Belgrano. La estación y cuatro casas, rodeado todo ello por inmensos paisajes despoblados, un lugar real que Aira seguramente conocía, ya que nació en Coronel Pringles, localidad cercana y ya de más entidad. El relato se centra en los recuerdos de quien fue un niño en El Pensamiento, justamente el año anterior a emigrar a la pequeña ciudad vecina.  La llegada de un joven preceptor y la misteriosa desaparición de una locomotora son los hilos conductores de la historia. Si es que se puede llamar así, porque lo que tenemos son multitud de imágenes, sonidos y sensaciones grabadas en el recuerdo del niño, percepciones de un mundo visto desde su  óptica, de dimensiones ajustadas a su escala, y de una ingenuidad que muy poco a poco va cediendo al contacto con el mundo adulto. La memoria se va entrelazando con la fantasía (el ángel que rellena los tinteros al amanecer), el descubrimiento de pequeñas claves racionales (las vías que parecen juntarse en la lejanía) o de pautas de comportamiento (el grupo en un picnic), mientras el autor se deja a ratos llevar por algo próximo a la prosa poética. Pero, claro, es César Aira, y ese ramalazo dura poco, porque donde disfruta de verdad es integrando propuestas dispares, sin orden aparente, simplemente porque fluyen así, aparecen y desaparecen dejando al lector en una deliciosa duda. Así, el relato parece cobrar vida propia ofreciendo variantes posibles que quizá no conduzcan a nada, pero que dejan la sensación de literatura de gran nivel, y el mismo lenguaje se transforma en pocas líneas de algo que roza el surrealismo a la aspereza de un catálogo técnico. El relato se asoma al pasado del niño incluso físicamente, como observando un pequeño escenario de juguete en el que podría interactuar. Todo es un moderado placer en el que ya importa poco la historia de la aldea ferroviaria, y nos basta con disfrutar de la frase exacta, del quiebro sutil e inesperado o de la atmósfera tenue de un pasado en blanco y negro, hasta que el autor nos vuelve a sorprender con un final algo abrupto que le deja a uno estupefacto. Estaba pensando que para César Aira esto de escribir libros debe ser una especie de juego, algo a lo que él juega desde luego muy bien, a base de ir soltando textos casi siempre muy breves donde se explaya como a él le apetece, ahora más bromista, luego más metaliterario, después más poético o reflexivo. Tiene repertorio, mucho, creatividad, a toneladas, escribe magníficamente y domina los resortes, de manera que todo le sale bien. Pero a uno le queda la duda de saber lo que daría de sí levantando algo de más empaque, una historia menos espontánea y más elaborada. Puede que de esta forma se convirtiese en un autor más convencional y se perdiese así la gracia de lo que hace. O tal vez podríamos descubrir a un absoluto genio que sumar a la lista de seis, ocho o diez autores latinoamericanos top que podamos tener en la cabeza. Podría ser una cosa o la contraria, veríamos, pero lo cierto es que don César no parece que esté por la labor.
dlvr.it
November 3, 2025 at 11:44 AM
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November 1, 2025 at 10:39 AM
Hoy en ULAD: Sally Rooney: Intermezzo
Sally Rooney: Intermezzo
Idioma original: inglés Título original: Intermezzo Año de publicación: 2024 Traducción: Inga Pellisa Valoración: recomendable Para los que, sin llegar al término refractarios, somos algo ajenos a los vaivenes, hipérboles y desajustes promocionales de las novedades editoriales, como últimamente estoy siendo, nos resulta, me ha resultado, algo chocante y sorprendente la frecuencia con que se menciona, en determinados contextos, a Sally Rooney como escritora de cierto calado, de cierta, glups, influencia, con apenas cuatro novelas (Santi nos obsequió con una doble reseña de otras dos, que suscribo en su práctica integridad) y, supongo que también por su condición de mujer joven, veo que se la menciona en ámbitos bastante dispares y hay cierta tendencia a describirla ya no como the next sino como the big thing.  Entiendo que Intermezzo representa una lógica evolución en su universo narrativo y no acabo de decidirme si abordaré la lectura de la restante, puesto que, evitaré escrupulosamente el término repanocha, la lectura de esta novela, pudiendo considerarla como una experiencia satisfactoria, no ha justificado ese entusiasmo algo generalizado, no ha acabado de activar esos resortes que ponen a uno alerta. Intermezzo, cuesta algo afrontar una sinopsis sin estropear aspectos de su eventual lectura, debo advertir, muestra la situación de Peter e Ivan Koundek, dos hermanos con una notable diferencia de edad (22 y 34 años) que afrontan, desde sus distintas situaciones vitales, la muerte de su padre, que ha sufrido una prolongada agonía y ha muerto joven, 65 años. Ese duelo es compartido con su ex-esposa, Christine, una de las protagonistas secundarias de la novela, en su función de madre que vela para que la armonía se mantenga entre sus hijos. Cuyas vidas no pueden ser más diferentes: Peter es un abogado de éxito e Ivan subsiste con trabajos ocasionales y batalla por hacerse un nombre en el mundo del ajedrez profesional. Sus mundos son bastante divergentes, pero Rooney los sitúa en una situación casi especular: Ivan conoce a una mujer de 36 años, organizadora de un torneo de ajedrez al que acude, y surge una relación casi clandestina, avergonzada. Peter, tras ser abandonado por Christine, colega de profesión, con graves secuelas de un accidente de tráfico, acoge en su  casa y se acuesta con Naomi, estudiante de la edad de su hermano, que ha sido deshauciada y cuya precariedad la obliga a los más distintos desempeños, sin cortarse ni un pelo en pedir dinero a Peter cuando lo necesita. Aquí empezaron a surgirme algunas dudas sobre la intención de la novela. Los capítulos alternan la vida de uno y otro hermano. El primero, dedicado a Peter, casi precipita mi abandono. Un estilo disperso, de frases cortas, a veces hasta incompletas, algo desconcertante por cuanto se trata de una secuencia de pequeños disparos verbales, sin apenas pausa ni diálogo, alternando cortas descripciones con reflexiones algo forzadas. Cuando Ivan entra en juego disponemos de una narración más situacional, estamos en sitios y pasan cosas. He llegado a interpretar que Rooney opta por dar un estilo diferenciado cuando narra sobre uno u otro protagonista. Y donde los veinteañeros son directos, francos y resueltos, los treintañeros duda, reflexionan, valoran pros y contras. Puede que sea ése el recurso. Pero me ha parecido que cuatrocientas dieciséis son muchas páginas para una novela tan fácil de resumir en apenas diez líneas. Y no sé si Rooney quería mostrar la diferencia de apreciación social ante las relaciones con diferencias de edad, si quería usar los personajes más jóvenes como ejemplos de la precariedad y las malas perspectivas de los millenial o quería esbozar una semblanza de cómo la diferencia de status puede incluso penetrar y abrir brecha en una familia. Me da esa impresión: que Rooney ha abierto varios frentes sin acabar de decidirse por ahondar en ellos, de forma trágica o aunque sea ambigua. Que incluso amaga con un desenlace trágico, con un golpe de efecto argumental. Todo lo contrario, el final, emocional y acomodaticio, aunque haya logrado mostrarlo de forma contenida y brillante, resulta dejar un regusto agradable, pero levemente edulcorado. Y replicaré un poco al jefe de todo esto: el malismo puede ser malo, pero el buenismo es peor. La mencionada reseña de las otras dos novelas de Rooney podéis encontrarla aquí
dlvr.it
November 2, 2025 at 11:02 AM
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#1denoviembre
Julio Cortázar ✍️
November 1, 2025 at 11:04 AM
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November 1, 2025 at 10:39 AM
Hoy en ULAD: Guillermo Arriaga: El hombre
Guillermo Arriaga: El hombre
Idioma original: Español Año de publicación: 2025 Valoración: Recomendable ¿Hasta qué punto un escritor tiene que reinventarse para seguir vigente o, más importante, para que su obra no se convierta en un cliché de sí misma? Todos entendemos perfectamente a qué nos referimos cuando decimos “un libro más” de Murakami, “un libro más” de King, “un libro más” de Enríquez. Estos escritores de fondo tienen que hacer funambulismo entre la innovación (que les traerá el odio de sus fanáticos) y la forja de un estilo (que, en casos extremos, puede llegar al autoplagio). Dicho lo anterior, este es “un libro más” de Guillermo Arriaga, para bien y para mal. A pesar de que Arriaga ha apostado por temáticas cosmopolitas (jóvenes de barrios bajos de la Ciudad de México, cazadores de la tundra septentrional del continente americano, médicos de la Europa del siglo XIX, etc.), desde Amores perros encontró una fórmula que le ha funcionado y que, si bien no es exclusiva suya, ni mucho menos, se ha vuelto su sello: múltiples líneas narrativas que, a lo largo del libro, se entrecruzan, afectando en mayor o menor medida a cada una de ellas para, al final, converger en el punto central de la obra (como ha dicho el propio Arriaga, cada uno de sus libros tiene solo una cualidad que es el “alma del libro”: el amor, la violencia, la lujuria, etc.). En este caso, la novela gira en torno a la figura de Henry Lloyd, el hombre por antonomasia. Una de esas fuerzas (demoníacas) de la naturaleza que horrorizan a unos y, lamentablemente, fascinan a otros. Se trata, por decirlo llanamente, de un verdadero hijo de puta: megalómano, narcisista, vengativo…: los ingredientes perfectos para convertirse en un exitoso hombre de negocios. Los diferentes narradores del libro nos muestran, desde diversos ángulos, la creación de un imperio, con todos los despojos que va dejando a su paso: muertos, hijos bastardos, mujeres abandonadas, miseria… El interés del libro no está solo en el retrato de este monstruo, sino en la pregunta que lo sostiene: ¿qué mecanismos sociales, económicos y afectivos permiten que alguien como Henry Lloyd prospere? Una pregunta que nos hacemos cada vez que vemos las noticias. Este es un libro que no defrauda, Arriaga entrega exactamente lo que se espera de un escritor consagrado. Si acaso, tengo algunos reparos: 1. Como dije al inicio de la reseña, la falta de innovación a nivel narrativo. Arriaga nunca ganaría el Nobel. Sin embargo, es un maestro escribiendo obras para adaptarse al cine. 2. Algunas denuncias (esclavitud, inmigración, desigualdad), aun siendo temas urgentes, a veces se presentan de manera demasiado frontal, rozando lo moralizante. Me habría gustado un poco más de sutileza*: confiar más en la inferencia del lector, en la elipsis y en la ambigüedad ética que el propio material sugiere. 3. Para algunos lectores que no tengan una mínima idea de la historia en común de México con Estados Unidos, puede quedar la sensación de que se perdieron algo.  El hombre cumple con solvencia lo que promete: potencia dramática, personajes que se imponen y una maquinaria narrativa efectiva. Mi objeción no es de ejecución, sino de horizonte: Arriaga, sin duda, domina su fórmula; ojalá, la próxima vez, se anime a forzarla. * Una sutileza que me parece imprescindible en una buena obra de ficción. Sin embargo, a la hora de denunciar públicamente algún problema social, la sutileza puede ser más una falta de carácter que una virtud.
dlvr.it
November 1, 2025 at 10:20 AM
Hoy en ULAD: Ray Bradbury: El árbol de las brujas
Ray Bradbury: El árbol de las brujas
Idioma: inglés Título original: The Halloween Tree Año de publicación: 1972 Traducción: Matilde Horne Valoración: entre recomendable y está bien Sé que para muchos de vosotros/as la fiesta de Halloween es ya algo tan tradicional como la de la patrona de vuestro pueblo (esto no va por vosotros, amigos/as de  México; no es de extrañar, después de décadas viendo en películas y series de televisión cómo los norteamericanos se los pasaban pirata, mientras que en España la costumbre era ir a ver una representación del tenorio y, al día siguiente, al cementerio a limpiar las tumbas de los parientes fallecidos (evidentemente, no hay color, no le estoy recriminando a nadie la adopción de costumbres foráneas, teniendo en cuenta, además que la hibridación cultural puede producir resultados de lo más interesante). Vale, ya sabemos, por tanto, lo de los disfraces, las calabazas y los caramelos, pero, ¿de dónde viene, exactamente, la fiesta de Halloween, el Día de los Muertos, la Noche de Brujas, Todos los Santos o como queramos llamarla? Pues eso es lo que trata de enseñarnos Ray Bradbury con esta novelita. O enseñar a los chavales, más bien, puesto que se podría decir que es una novela eminentemente juvenil. Resumen resumido: un grupo de chicos de un pueblo de Illinois salen a pedir dulces la noche del 31 de octubre. Se queda, sin embargo, el más popular de todos ellos, llamado Joe Pipkin, que no se encuentra bien y les cita para más tarde en un caserón de las afueras con pinta de casa encantada. Allí, además de encontrarse el fabuloso Árbol de las Brujas que da título al libro,  reside el enigmático y asombroso señor Mortajosario quien les llevara en un viaje a través del tiempo para conocer los orígenes de la celebración de esa noche, además de buscar al desaparecido Pipkin. Un viaje fantástico y, por momentos, aterrador que puede considerarse como iniciático o de crecimiento, aunque en la novela los protagonistas pasen de ser niños a... seguir siendo niños (aunque más conscientes). Por eso el libro podría entrar en la categoría de "categoría juvenil", sin que ello impida que cualquier adulto pueda disfrutar sobremanera con su lectura. Algo que también sucede, aparte de la originalidad de la trama, elementos supranaturales, etc., por el estilo de la prosa de Bradbury, bastante reconocible por su enfatismo, su gusto por las metáforas a todo trapo, por el toque poético incluso en párrafo más anodino... un estilo, que, en principio, no me atrae demasiado. He de reconocer, sin embargo, que a esta pequeña novela, seguramente debido a su carácter fantástico y alegórico, le queda como un guante y en ningún momento se siente como exagerado o extemporáneo -y eso que el señor Mortajosario... es decir, Carapacho Clavícula Mortajosario, que ahí es ná, hace todo lo que puede para que sea así- e incluso ese lirismo que en otros textos puede parecer algo fuera de lugar,aquí  resulta incluso conmovedor. Los capítulos, además son bastante cortos y ágiles, llenos de acción, lo que facilita que el libro se lea en un plis-plás y, aunque no resulte una novelette redonda, (quizás porque hoy en día nos resulte todo ya un poco visto, no así, supongo en 1972), me parece perfecta para leer hoy, esperando a que llegue la noche y se abra el pasaje entre el mundo de los vivos y el de los muertos, como toca en esta fecha señalada. Tened cuidado, que la medianoche no os pille en el otro lado... Más libros de Ray Bradbury reseñados en este blog: La feria de las tinieblas, Crónicas marcianas,Fahrenheit 451
dlvr.it
October 31, 2025 at 11:34 AM