Así que, salvo que tengas objetivos súper concretos, de lo que deberías preocuparte es de hacer una buena progresión en las cargas y asegurarte que estás recuperándote bien.

No tengas miedo de ponerte más fuerte que un cubata de pueblo.

De hecho, tu cuerpo es jodidamente adaptable y realizar una "mala" técnica (que no es tal) con la carga y descanso adecuado lo que hará será fortalecerte.

Y sí, cuando digo "tu cuerpo" no me refiero solo a músculos. Se adapta todo: tendones, ligamentos, discos intervertebrales y huesos.

Es decir, que si haces una sentadilla con una técnica "impoluta" pero le metes más kgs de los que puedes soportar... pues vas a petar, da igual la técnica.

Si la haces con una carga que tus tejidos toleren, da igual que juntes las rodillas o que flexiones la columna.

Y ya está.

Como veis, no he añadido nada acerca de "prevenir lesiones".

Primero porque las lesiones son multicausales y no podemos "prevenirlas".

Segundo porque, en cualquier caso, el factor que contribuya a la lesión será la carga que suponga la técnica y no la técnica en sí.

¿Cuándo puede ser importante esto?

Cuando queremos, por ejemplo, trabajar una musculatura concreta por alguna razón (atrofia, estética o lo que sea).

También si estamos atravesando una lesión: si ahora mismo no puedo cargar mis cuádriceps, por ejemplo, pues haré rumano en vez de convencional.

La técnica modifica cómo se distribuye la carga en las distintas partes y tejidos del cuerpo.

Por ejemplo, si hago un peso muerto convencional mis cuádriceps van a trabajar más que haciendo un peso muerto rumano, a priori.

La técnica de un ejercicio, por decirlo de alguna manera, es una especie de "consenso" (entre comillas, porque no hay mucho consenso), sobre cómo se debería hacer un ejercicio: postura inicial y final, recorrido, timing, activación muscular...

Otro día me meto en el tema de la técnica y la postura correcta™️ y de cómo nos la han metido doblada con que es por nuestro bien y es más bien por el bien de la cartera de algunes.

Es normal que te de miedo, faltaría más, con toda la mierda a la que nos exponemos.

Ve poquito a poco y escuchando a tu cuerpo, especialmente si has tenido experiencias de dolor en el pasado relacionada con estos movimientos.

Así que, de nuevo: puedes doblar la columna, rotarla y hacerte un nudo con ella.

La clave, como con cualquier otra cosa, es que la dosis no supere las capacidades actuales (porque esas capacidades se van entrenando y mejorando).

Hace años todo era columna totalmente recta o te morías.

Luego no era totalmente recta, pero no podía salirse de unos márgenes seguros (márgenes sacados de la punta del nardo de alguien).

Luego resulta que puedes doblarla pero sin mucha carga y de forma controlada.

Al menos parece que avanzamos.

Como la maquinaria propagandística del mal no para, tocará de vez en cuando recordarlo: tu espalda está hecha para doblarse.

Si no fuese el caso, sería un puñetero hueso continuo.

¿El fémur? El fémur no está hecho para doblarse, qué cosas, la columna SÍ.

Pero espérate que hay refuerzos

Ojo, que también me pasa con entrenar. Quiero decir, que no me pasa con cosas que no me gustan, también con las que sí.

¿Me hago el café? Ni dos minutos tardo en empezar a hacérmelo.

¿Me pongo a hacer esta tarea que literalmente me va a llevar 5 minutos? Uf, mejor procrastino durante un par de meses y que se vaya acumulando.

Algún día me voy a dedicar a hablar de estas estrategias de mierda que usa muchísima gente para vender, no para desahogarme (que también) si no para que, si te la colaron (como me han hecho a mí muchas veces) no te sientas mal por no haber conseguido lo que te prometían, porque no es culpa tuya.

Me toca muchísimo la moral ver constantemente a entrenadores vendiendo resultados imposibles sin tener ni puñetera idea del daño que están haciendo, creando unas falsas expectativas que solo frustran y dificultan aún más que la gente se acerque al ejercicio.

Ojalá el marketing en general (y dentro del mundo del entrenamiento en particular) fuese un poquito más honesto y no estuviese a merced de ganar pasta a toda costa.