Su trabajo se caracteriza por crear retratos que, a pesar de su aparente naturalidad y espontaneidad, están cuidadosamente compuestos para revelar las complejidades de las relaciones humanas a través de gestos sutiles y el entorno.

Francesca Woodman, por sus autorretratos suspendidos en el tiempo y el eco poético de los espacios que habita.

Isabel Muñoz, por una trayectoria que convierte cada imagen en un testimonio de humanidad.

Marina Abramović, por la intensidad de sus performances y su entrega total al cuerpo como lenguaje.

Jingna Zhang, por su manera de transformar la fotografía de moda en una narración de luz y significado.

Silvia Grav, por la fuerza emocional de sus autorretratos y su dominio de la composición.