No en una maceta, no en un invernadero…
En un trapo sucio de cocina.
Y ahí lo entendimos:
La excelencia no espera el momento perfecto. La grandeza florece en la adversidad.
No en una maceta, no en un invernadero…
En un trapo sucio de cocina.
Y ahí lo entendimos:
La excelencia no espera el momento perfecto. La grandeza florece en la adversidad.