Ayer publiqué en árabe un texto en su despedida.
Espero tenerlo pronto en inglés.

aljumhuriya.net?p=60628

Yo era un chaval cuando conocí a Fawzi, recién salido de la cárcel.
Me politicé escuchándole. Aprendí mucho de él.

En 1980, Hafed al-Asad lanzó una brutal campaña de detenciones.
Dirigentes y cuadros del Bureau pasaron largos años en prisión.
Cuando salieron, en los 90, se encontraron con una Siria y un mundo muy distintos.

El Bureau Político fue, a mi juicio, la experiencia intelectual y política más interesante de la izquierda árabe levantina.
Un PC “italianizado”: anti-soviético, panarabista y democrático.

“Fawzi” fue una de las mentes detrás de la escisión del Bureau Político del PC sirio en los 70.
En 1976, rechazando la intervención militar siria en Líbano, se convirtió en vanguardia de la oposición no islamista a Asad padre.

Buf. Creo que empecé a dar la turra con internet de los 2000 ya en 2010.

Estuvo el original en Berlin hace unos meses en el Bode Museum e hicieron unas reproducciones bastante chulas. Tendremos que reponerte el desastre.

Vuelve pronto, y trae al murciano.

Según Reuters, fuentes sirias dicen que las garantías de no armar a esos grupos, junto al apoyo militar para reconstruir un ejército de ADN soviético, son el núcleo de esta visita.
www.reuters.com/world/putin-...

Aunque al público sirio se le dice que se le va a exigir a Rusia que entregue a Asad, lo cierto es que se nota una fuerte resignación al hecho de que lo único que se puede es intentar entenderse con Putin para que no desestabilice un país ya de por sí, como decirlo, bastante mareado.

Al-Sharaa, intentando pilotar una “transición” violenta y opaca, teme que Rusia arme a ex-asadistas en la costa alauita, lo que podría convertirse en un problema muy serio.

Nada de esto fue gratis: aparte de una base aérea y otra naval en el Mediterráneo, Moscú se aseguró control sobre áreas estratégicas de la economía siria y sobre infraestructuras clave. Y todo apunta a que no piensa marcharse.

Además del apoyo militar, desplegó una potente red de desinformación que aún hoy repiten muchos tontos útiles —desde la extrema derecha hasta la izquierda putinista—.

Rusia fue el gran sostén de Asad: en septiembre de 2015 intervino para impedir su caída, y su aviación machacó durante años las zonas sublevadas, dejando miles de víctimas.