que hay más bartenders atendiendo el lugar.

las palabras no tendrían efecto alguno en él.

Lo vio marcharse con algo de estrés en la mirada, esperando que el infeliz que había decidido meterse con ella se hubiese refugiado bien a pesar de lo que le hizo. No tiene ganas de pensar en las consecuencias de haberse asomado así frente a él.

a ser su uña, obviamente con delicadeza suficiente para no producir daño. Un contraste sutil, pero que a la vez asumía que igualmente tendría cambio en él.

— Oye, Ismael...

Habló de pronto, aunque aún sin subir la mirada hacia su rostro. Quería hacer esa situación algo más especial.

delante disponible para jugar con él.

alzarse pronto comenzó a acariciarlo buscando que ese bulto creciese más y más, todo mientras lo seguía mirando con esa sonrisa filosa presente en los labios.

Tenerlo bajo su control de forma tan simple se le hacía demasiado divertido, más cuando sabía que tenía toda la tarde y la noche por +

sutil gesto con la mano a modo de pequeña pausa, pues nuevos clientes habían entrado al lugar y ya se estaban acercando también a pedir sus respectivas bebidas.

Podía notarse el trato más cercano que tenía con algunos de ellos, asumiéndose que podría tratarse de clientes regulares.

contenido dentro de la misma.

— Un South Side, que lo disfrutes.

Añadió con una sonrisa mientras extendía el cóctel en su dirección.

vez.

Acercaría su mano, pero iniciaría apenas una serie de toques leves con su dedo índice. Lo recorrería por completo, dejando una caricia desde sus huevos hasta la punta como si buscase impulsarlo a crecer más poco a poco.

abajo al notar ese bulto creciente. Pronto quitaría su mano con cierta lentitud, sólo para ofrecerle la opuesta y así hacer el cambio mientras ahora las caricias cambiaban de lugar, dirigiéndose a su entrepierna.

— No te detengas...

Murmuró, con voz suave y tentadora.