+ con el cambio.❞

Tras decir aquello, la bruja se marchó.

+ la cuestión tocaba una fibra sensible y por ende la había hecho enojar.

Todo, absolutamente todo, le recordaba el hecho de que había vendido su alma.

Arrojó unas cuantas monedas sobre la barra, de hecho, incluso más de lo que probablemente costaba el café que había bebido.

❝Puedes quedarte +

+ que no tengo ninguna paciencia cuando se trata de compartir mis conocimientos.❞

+ mientras su silueta se fundía en la luz violeta del umbral.

❝Chau, chau, cariño.❞

Y sin más, desapareció.

+ demonio y a la botella de vino aún con contenido que permanecía junto a este. Sin pensarlo demasiado, la tomó.

❝Para no aburrirme durante el camino.❞

Agitó su llave-bastón, trazando un arco sobre la nada, y un portal se abrió tras de ella. De espaldas caminó, introduciéndose en el mismo +

+ indiferencia, lo guardó dentro de su escote. ❝Si, si, si. Por supuesto que lo es si tienes el privilegio de regalarte la vista con mi presencia cada vez que hacemos algún trato. Tengo que poner a prueba su efectividad, así que ahora sí me despido.❞

Antes de marcharse, lanzó una fugaz mirada al +

+ mano libre agitó como si apartase un perfume especialmente desagradable al olfato.

❝Tranquilo. Eso no sucederá,❞ arrebató el vial y se permitió un par de segundos para mirar a contraluz su contenido, junto con todas las posibilidades que implicaba. Aseguró la firmeza del cierre y con +

+ ligeramente sus sentidos, y la peregrina idea de que probarla tal vez no fuese una mala forma de experimentar, se coló entre los recovecos de su mente como una sibilina tentación.

Cómo respuesta exagerada y tal vez desmedida, Cordelia llevó los dedos a sus fosas nasales para taponarlas, y la +

+ culminado con mi promoción dentro de la casa Paars, como la representante de la misma. Imagino que no sabrás a qué me refiero, pero no importa. Me considero una eminencia de la magia, molestia apay.❞