Los elfos oníricos, surgidos tras un pacto con La Soñadora, despiertan en Rúdrasis tras pasar una eternidad en el Plano Onírico. De piel iridiscente, cabello flotante y ojos sin pupilas. Habitan lugares donde la frontera entre el Plano Terrenal y el Plano Onírico es frágil.

A veces crees oír pisadas, crujidos o mordiscos. Si estás en Rúdrasis, quizás sea un Sylvastaris. De tamaño mediano y origen en los bosques, algunos tienen hojas por cabello o rasgos animales. Son rápidos, ágiles y una buena mano de obra, si puedes controlarlos.

Los goliath de lo etéreo tienen un vínculo único con el ciclo espiritual. Más altos y delgados, con ojos pálidos, piel gris o plateada, y tatuajes que se iluminan con la energía espiritual. Custodian lugares sagrados y guían a los espíritus.

Los tiefling de Astarte son el legado andante de la diosa. De piel rosada o pastel, pecas blancas, cuernos de ciervo y cola en forma de corazón. Afables y curiosos, buscan aventuras y pero siempre regresan a casa. Aman acertijos y se dice que en sus ojos vive el bosque.

Los Godot, seres blanditos, de ojos saltones y movimientos patosos, viven en una sociedad alegre y juguetona. Es indiscutible su amor por la gente y las historias. Viven para disfrutar y cuidar de los suyos.

Pequeños, peludos y de largos brazos, los beag viven en los antiguos túneles de los drows, rodeados de magia y tecnología. Alegres, curiosos y con un tercer ojo en la frente, tienen una extraña fijación con las explosiones y la magia.

Los goliathard son goliaths que descienden de los trolls. De gran tamaño, piel grisácea o azulada y musgo por vello. Su cultura se rige por el Slighard: lucha, protege y descúbrete.

Los enanos isleños dejaron las cuevas por las Islas de Otoño. Son de piel morena, melenas castañas y vientres prominentes, símbolo de estatus para su cultura. Al cumplir el medio siglo, reciben su primer Tak Mokko, un tatuaje que les conecta con sus ancestros marineros.

Envueltos en leyenda, los pebbel han vivido ocultos siglos en las profundidades. Sin miedo y con gran curiosidad, valoran todo lo brillante o distinto a la roca. Guardan sus hallazgos de por vida y siempre sonríen amistosamente.

Al humano de las planicies la vida en la estepa lo ha curtido con una especial sensibilidad y conexión con la naturaleza. Fornidos y altos, son orgullosos de sus tradiciones y granjeros formidables.

Los meli drows son un híbrido entre drows y gnomos, creados como esclavos para fabricar armas de neferium sin sufrir daños. De piel gris, manos grandes y elásticas, son inventores, músicos y desconfiados.

Los orcos de Steelbreach han crecido y socializado de maneras muy diferentes a sus primos de otras partes Dragonlight. Descubrir las minas de neferium les ha dado una vida acomodada, llena de joyas y lujos. Aunque el neferium se ha llevado a cambio el color de uno de sus ojos.

Los zynunaren, exiliados de tierras olvidadas, fundaron Steelbreach junto a los orcos. Obsesionados con el trabajo y el descanso, destacan por su cabello en franja, brazos tatuados y uñas afiladas. Todos llevan “naren” en su nombre: asesino, en una lengua ya perdida.