A estas alturas creo que hemos renunciado a tener políticos trabajadores, formados, preparados, ni tan siquiera honestos. Ya lo único que pedimos es que sepan hablar… y tampoco.

Alguien ha comprado unos zapatitos de cemento…

El museo de cera más cutre del mundo.

El caso es que van a hacer cordero para Nochebuena, pero explícame cómo lo haces tú porque te queda muy jugosito y a mí siempre se me queda seco.

Que llevaban años sin hablarse, pero se encontraron en el tanatorio cuando murió la Paqui, sí, mujer, la que criaba cerdos en el pueblo, total, que se encontraron en el tanatorio y, yo no sé lo que hablaron o dejaron de hablar, pero que el verano siguiente se fueron juntos a Santo Domingo…

Porque resulta que el año pasado no fueron y se molestó, y además, como está con lo del lumbago, que dice ella que le duele mucho pero luego bien que se va a dar clases de bachata, porque ahora le encanta la bachata desde que se fueron a Santo Domingo el verano pasado, con unos primos de ella…

Y que se les siente al lado una señora hablando con su cuñada con el manos libres para explicarle, con todo lujo de detalles, que, estando en el Mercadona comprando los apaños para la cena de Nochebuena, que este año lo van a hacer en su casa, porque los chicos van a casa de su suegra…

Y que encuentren otro mando al fondo de un cajón , enrollado con un montón de cables de cargadores viejos que no valen pero tú los tienes ahí por si acaso, y que cuando logren sacarlo y lo vayan a probar, no funcione porque tiene las pilas sulfatadas.

El caso es que unirnos sí que nos ha unido. Ahora en todo el mundo pensamos que es un ser humano despreciable.

Eso, y así sería un concurso totalmente despolitizado!

Hasta cuando pierden, ganan.

Que no pare, hasta que el negocio no les resulte rentable.

Es aún peor. Al cliente se le cuida, se le tiene contento. No somos clientes, somos productos con los que sacar beneficios. A los productos defectuosos se los desecha sin problemas.