no sabía que esa especie de ser humano existía. mi enhorabuena.

y ya que has llegado hasta aquí, quiero que sepas que esta es una de esas historias que puedes leer en la news de #misgafasdepasta, una news que llega cada dos viernes cargada de ilustración, diseño y creatividad y que está llena proyectos sorprendentes.

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su historia es tan asombrosa que hasta tienen prevista una exposición en melbourne a partir de mayo del año que viene.

es increíble, ¿verdad? alan se pasó toda la vida trabajando y cuando creía que había llegado el final, de repente, obtuvo su recompensa.

hojear 'a life in portraits', que es como se llama el libro, es repasar la vida de alan a través de sus días de trabajo.

no hay fechas ni demasiadas pistas de cuál debería ser el orden correcto de estos retratos, pero sí hay un montón de historias que se han contado gracias a sus fotomatones.

un día descubrieron cientos y cientos de fotos de prueba en cajas olvidadas en un garaje. también habían encontrado fotos de alan probando las máquinas dentro de los propios fotomatones. tenían tanto material, que pensaron en editar un libro con todo aquello.

y hoy el libro es una realidad.

chris estudiaba en la escuela de cine en aquella época y pensó que molaría hacer un pequeño documental sobre aquel hombre.

empezaron a documentarlo todo. pasaron horas y horas entrevistando a alan, el hombre supo transmitirles ese amor que sentía por la fotografía. y un día pasó algo.

de repente, la historia se hizo viral en la ciudad, la gente empezó a hablar del fotomatón de alan, hubo indignación y protestas. el fotomatón era en un símbolo.

y al final, consiguieron que la máquina fuera reubicada. entre todos habían logrado que no se perdiera aquella parte de la historia.

no podía ser. pensaron que tenían que hacer algo.

así que buscaron al señor que mantenía aquel artefacto siempre funcionando, se reunieron con él, lo retrataron y colgaron su foto en internet. resultó ser alan adler.

después, esperaron a que las redes sociales hicieran su magia.

cuando llegaron, leyeron una nota escrita a mano que les invitaba a disfrutar de aquella vieja máquina en sus últimos días de vida. la estación en la que se encontraba iba a ser remodelada y el fotomatón acabaría siendo carne de desguace.

jessie y chris entraron en shock. ¿iban a quedarse sin él?

en su primera cita, los creativos jessie norman y chris sutherland quisieron hacerse unas fotos en uno de los fotomatones más míticos de la ciudad.

eligieron el de finders street porque ambos solían inmortalizar allí sus salidas con amigos, así que le tenían cariño a aquel sitio.

jaja muchas gracias por la propaganda, poto! ☺️ me estoy creyendo un poco lo del espíritu del primer twitter.