pero así podemos dar un paseo. Seguro que por la mañana te apetece un poco de aire fresco antes de llegar al trabajo.

En parte tienes razón, es un bar de copas, pero no es para eso. Si estás borracho follas peor y sientes menos.

— Se da cuenta de que intenta mirarle el móvil y lo bloquea, guardándolo en el bolsillo —

Está un poco lejos la primera, tampoco como para coger un coche,
»

— No iba a hacer un esfuerzo extra por él, no iba a controlar su don, ni su aura o presencia. Verle tengo le divertía.

Cuando comenta lo del coma, se para un poco y le mira con la ceja alzada —

Pero, ¿quién te crees que soy?
»

para ver qué piso quedaba mas cerca, o mejor dicho, intentó adivinar cual piso sería peor para el contrario, hasta enseñarle por último el que creía que le encantaría —

Venga, vamos. No tengo toda la mañana, aunque no lo parezca, yo también tengo un trabajo.

Pero no iremos a ver ningún piso si no mejoras tu actitud. Y ya que he hablado con las inmobiliarias de aquí cerca, te conviene tenerme en tu favor a tenerme en tu contra si no quieres quedarte sin donde vivir.

— Echó a andar en una dirección mientras sacaba el móvil
»

Sin embargo, no le gustaron dos aspectos, que no le diera la mano, y no por el hecho de no hacerlo, si no porque le temiera, que dudara si él iba a hacerle algo. Y segundo que seguía sin quitar esa cara de amargado —

Muy bien, acepto tus condiciones.
»

— Una sonrisa ladina se iba componiendo conforme escuchaba las condiciones del contrario. Lo intentaba, y era tierno contemplar como aquello parecían muchas reglas y restricciones. Pero había dejado tantos puntos sin cubrir que hasta le daba risa.
»

Parece que has olvidado lo mucho que te excita estar conmigo, te voy a hacer recordarlo.

Te he dicho que no quería repetirme.

— Gruñe con voz ronca, agarrando el brazo ajeno y llevándolo así hasta el baño. Una vez ahí, lo coloca de cara al espejo. Pega su cuerpo a la espalda ajena, haciéndole notar su creciente excitación —
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En estos pocos minutos que han compartido, ha imaginado tantas formas de comérselo que está haciendo uso de toda su fuerza de voluntad para no llevarlo a cabo.

No corresponde al beso, tan casto, tan delicado, aunque si que deja escapar la lengua para acariciar por un momento a la ajena —
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Ahora vas a demostrarme cuánto me extrañaste. Y no vas a querer que te repita la orden.

— Termina de empujarle contra la pared, sin darle tiempo a responder, a reaccionar, a evitarlo y se apodera de los labios ajenos, devorándolos con un hambre primal —

¿De qué coño sirve la palabra de un demonio?

— Aun así, se inclina sobre él, hasta que los rostros de ambos están tan cerca que comparen el aire que respiran —

Lo juro. No sé qué has hecho, pero me has jodido la vida. Así que ahora, atente a las consecuencias.
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Agarra el cinturón y aunque parece que está a punto de tirar de él hacia abajo, lo que hace es hacerlo en dirección a él mismo; provocando que ambos cuerpos queden pegados, sabiendo que el contrario puede notar el creciente bulto bajo sus pantalones —
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La orden del contrario le pilla desprevenido, tanto que no solo alza las cejas por la sorpresa, es que incluso se echa a reír. Antes de responderle, suelta su cabello, deslizando la diestra por el cuerpo ajeno, delineando su silueta, hasta llegar a las caderas.
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para cambiar las tornas sin tener que responder. Tiene toda la sangre concentrada en un lugar muy lejano al cerebro ahora mismo.

No entiende cómo aun no le ha arrancado la ropa y le está devorando. ¿Por qué iba a estar ahí si no?
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como un perro al que le han lanzado un palo. En respuesta, usa su cuerpo para hacer presión al contrario aunque les quede aun espacio hasta la pared —

¿Por qué me mandaste una foto a mi de todo el mundo?

— Alza una ceja, sorprendido de su habilidad
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— Frunce el ceño, pero no es con él a quien va dirigido su enfado, es la lujuria el origen de este. ¿Por qué tiene que preguntar nada? Si le es tan difícil responderle es porque ni siquiera él tiene la respuesta. No debería estar ahí, no debería haber acudido por esa estúpida foto
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