Pero, claro.

Oh, qué sorpresa.

No sabéis lo que me duele tener que volver a compartir este vídeo, pero parece que lo de comentar sobre el físico de los demás es una cosa que tenemos todos muy presentes pero que, por lo que sea, se olvida fácil.

José Manuel Raposo. Amenazó a un inspector de la ITV porque su coche no pasó la inspección a la primera. Su sanción fue anulada.

José Antonio Martín. Asesoraba a un narco e intercedía por él ante fiscalía y otros jueces. El Supremo anuló la sanción contra él.

Enrique Peralta Prieto. Metió a un hombre en la cárcel por error. Ni se molestó en mirar las pruebas de que era imposible que el acusado estuviera en el lugar de los hechos (estaba en el hospital). No se le ha sancionado y de hecho se le ha ascendido a un tribunal superior de justicia.

José Manuel Arce, el juez más sancionado de España. Más de seis meses sin dictar sentencias, ni hacer nada, repetidas denuncias de tratos vejatorios y abuso de poder. Le expulsaron, recurrió y el año que viene podrá ejercer de nuevo.

Rafael Tirado: pasó de que se ejecutara la sentencia contra un hombre que había abusado de su hija y que debía ingresar en prisión. Ese hombre mató a Mari Luz Cortés. Multa de 1.500€; menos de lo que se gasta un juez tuitero en sus vacaciones.