Y votaremos juntos la puerta ganadora.

¿El premio? Un bocadillo de sardinas de la mano de emilio, el título de campeón/a de decoración de puertas y la posibilidad de elegir la próxima actividad junto a nosotros.

Os deseamos mucha suerte y sobretodo, ¡Pasadlo bien decorando!

Eso no significa que no podais ir mostrando los avances de vuestras puertas, de hecho, os animamos a hacerlo y de esta forma relacionarnos con otros vecinos.

A las 22 del domingo, pondremos todas las puertas que os rogamos nos hagáis llegar por DM.

— ¡Ale! Que luego decís que no pienso en la comunidad. ¡Concurso de puertas! Y no me seáis rancios, que quiero portales dignos, que esto parece un tanatorio con buzones.

Se quedó allí, de pie con la fregona en alto, como si estuviera inaugurando los Juegos Olímpicos de la portería.

— ¡Se valorará originalidad, limpieza y que no huela a sardinas! ¡Y el premio es… redoble de tambor… un vale personal mío para abrirles la piscina quince minutitos antes de lo normal!

Sonrió satisfecho, como si hubiera inventado la Champions League.

— ¡VE-CI-NOOOOOOS! —gritaba—. ¡CONCURSO DE DECORACIÓN DE PUERTAS! ¡Temática libre, pero si alguno me pone un altar pa’ adorarme, os pongo puntos extra!

Dio un golpe con la fregona contra el suelo para llamar la atención.

Se levantó de golpe, se recolocó la gorra de conserje y salió al rellano como un general romano dispuesto a dar un discurso. Con el pito colgando del cuello, corrió hasta los telefonillos y empezó a aporrear botones como si tocara un piano desafinado.

— “Decorar puertas”... ¿pero qué coj…? ¡Claaaro, claro! ¡Que la gente quiere puertitas bonitas, pues nada, se os va a dar lo que pedís!

— ¡La virgen, qué sueñito más tonto…! —murmuró, espabilando los ojos como si saliera de un coma.

Al intentar limpiarse la boca agarró el primer papel que pilló. Era una de las encuestas, llena de garabatos y quejas vecinales. Se quedó mirando un rato, leyendo a media voz.

□ Concurso de Disfraces.
□ Juegos Comunitarios.
□ Decoración de puertas.
□ Concurso de repostería.
□ Pasarela de Moda.
□ Bingo comunitario
□ Pre-Halloween
□ Propón tu propia actividad.

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□ Mañana 10-12
□ Mediodía 12-15
□ Tarde 15-18
□ Tarde-Noche 18-21
□ Noche 21-03

Bajó las escaleras con paso marcial y colocó la mesa plegable en el rellano, como si fuera un puesto de feria. Puso el pito al lado y colocó un cartelito hecho a boli: “RESPONDA Y GANE 0,50€ (no canjeable)”.

En la encuesta se pueden leer varias opciones con actividades y distintos horarios.

Se levantó como un resorte, se puso la gorra bien calada, agarró una libreta vieja (la de “incidencias”), un boli con la punta chorreando y una carpeta con hojas en las que había escrito ya el título en mayúsculas:

ENCUESTA COMUNITARIA — PRIORIDADES DEL BLOQUE

— ¡Claaaro coño! —se iluminó—. Si tengo vecinos, ¿por qué no les doy por culo un rato? Una encuesta de esas que tanto les gustan.

— Cipote, que calor hace hoy, la virgen… y qué aburrimiento. —se quejó, dejando la servilleta sobre la mesa como si fuera un abanico de oro.

Se quedó quieto un segundo, la mirada perdida en la calle, y de pronto le vino la idea como un sopapo.

Hemos estado*, perdonad a esta pobre y vieja alma que no revisa lo que escribe.