Y por el que ha pasado gente de esta talla:

Ese palinka cura las heridas internas, pero lo carga el diablo.

Algunos highlights que no se me van a ir de la cabeza:

1) Perder mi pincho USB con la presentación.

2) ¡David Edgerton habla en español!

3) 2 horas antes de presentar, se rompió el tarro con la tierra radiactiva de Palomares. Menos mal que la llevaba en una bolsa de plástico.

(Pronto iré compartiendo más, gracias por acompañarme) 💖

Hoy, lo que hace relevante al accidente de Palomares no es solo el desastre ambiental (aún sin solución), sino la compleja red de manipulaciones, silencios e instrumentalizaciones llevadas a cabo tanto por EE. UU. como por el régimen franquista de forma sostenida en el tiempo.

El accidente, entonces, supuso una de las mayores crisis de contaminación y una de las operaciones más caras de la historia del ejército de EE.UU., antecediendo en 20 años a Chernóbil.

Afortunadamente, ninguna de ellas detonó. Haré un futuro hilo sobre el sistema de seguridad que salvó de la catástrofe nuclear. Dos impactaron contra el suelo por fallo del paracaídas, liberando al medio material radiactivo; otra se recuperó intacta, y la cuarta cayó al mar.

El 17 de enero de 1966, uno de los bombarderos experimentó problemas durante la maniobra de repostaje y chocó contra el avión nodriza mientras sobrevolaba Palomares (Almería). Las naves se incendiaron provocando la muerte de 7 tripulantes y la caída de las bombas nucleares elpais.com/elpais/2015/...

¿Y cómo mantenían las naves permanentemente en el aire? Aquí está la madre del cordero: mediante una delicada maniobra de abastecimiento en vuelo con aviones cisterna que salían de las bases militares de Torrejón (Madrid, viaje de ida) y de Morón (Sevilla, viaje de vuelta).

Paradójicamente, el programa se hizo a la sombra de la campaña Átomos por la paz, lanzada por Eisenhower en 1953, y que promovía el uso civil de la energía nuclear. Ojo, hay hasta un documental de Walt Disney que no tiene desperdicio: www.youtube.com/watch?v=vTDe...

Chrome Dome fue una operación secreta que consistía en mantener permanentemente en vuelo bombarderos cargados con cuatro bombas nucleares, que llegaban hasta las fronteras de la URSS, listos para atacar objetivos estratégicos en caso de crisis.

Lo primero, el contexto. Estamos en plena Guerra Fría. El éxito de la bomba de hidrógeno soviética desata el nerviosismo estadounidense y se desarrollan programas militares de alto riesgo, como la operación Chrome Dome en 1960.