Había ayudas para esas personas. Pero vamos, si fomentamos el empleo público y las contrataciones por cuenta ajena, nos irá mejor. Y el resto de trabajadores no tenemos que pagar el sueño de 4 pringados que se realicen a través del trabajo.

¿Qué gente?

¿Y qué podéis hacer para que desaparezcan?

Acabemos con esa desigualdad, ¿no?

Ya nos quitaron demasiado tiempo. Es un clamor social. Tarde o temprano será ley.

La mayoría parlamentaria son los perros que obedecen al IBEX antes que a la gente. Pero este debate no termina aquí, porque cada hora arrancada al patrón, cada minuto recuperado, será una victoria.

Las extremas derechas y las derechas extremas se escudan en que las empresas se arruinarían. Las mismas empresas que baten récord de beneficios cada trimestre.

Reducir la jornada laboral es avanzar en derechos. Es repartir la riqueza, especialmente el tiempo, que es el bien más democrático que tenemos.

Más tiempo para cuidar, para estudiar, para descansar, para vivir. Pero estas derechas defienden los intereses de un capital que quiere cuerpos agotados. Si queremos seguir manteniendo derechos y avanzando, la democracia necesita ciudadanos con tiempo.

Su obra maestra.

A mí me encantó. Espero que te guste