A veces no sabemos qué hacer.
Desde fuera, llegan consejos, señales, opiniones… pero dentro, algo no encaja del todo ¿Y si la dirección no estuviera en saber, sino en sentir? De esa manera despertará en ti la sensación: “por aquí me siento más YO”

A veces no hay que hacer nada.
Solo sentarse…
y quedarse.
Como quien se ofrece un respiro
sin explicaciones,
sin deberes,
solo por estar vivo.
Y eso…
ya lo cambia todo.

No fuerces el sol.

A veces la claridad llega
después del cansancio.

Como una brisa tibia
que no exige nada.

Solo te envuelve.

Y sin darte cuenta,
te descubres más tú.

No por entender,
sino por haberte quedado
justo donde no sabías qué hacer.

No corras.

Lo que buscas no está lejos.

A veces llega
cuando dejas de empujar.

Como el agua que encuentra grietas,
lo que es tuyo
te encuentra
cuando te haces espacio.

Respira.

No hace falta lograr nada.

Solo estar
donde algo en ti
ya te esperaba.

No tienes que entender.

Solo quedarte.

Como el árbol no huye del viento,
tú tampoco huyas de lo que tiembla.

Hay fuerza en tu quietud.

Hay verdad en lo que no nombras.

Quédate.

A veces, lo que duele,
solo necesita
que lo abraces…
sin miedo.

¿Y si eso que sientes no necesita cambiar?

¿Y si sólo necesita que lo permitas contigo… un rato?

Sin corregir.
Sin apurar.
Sin tener que entender.

Solo eso.

Y mira a ver si algo se alivia,
porque por fin alguien está ahí.

Y eso, a veces, es todo lo que necesitaba.

Hay algo en tu interior que siempre está ahí, esperando ser escuchado.

No necesitas entenderlo, solo reconocerlo.

Esa sensación, por pequeña que sea, guarda la verdad de quién eres.

¿Te atreves a prestarle atención? ✨

Sientes ese llamado sutil dentro de ti?

No es algo externo, es tu propia esencia que quiere ser escuchada.

Presta atención a esas señales, ahí está la clave para reconectar contigo y descubrir lo que realmente necesitas.

Escuchar es el primer paso hacia ti.

¿Has notado esa sensación que aparece sin razón?

No es casualidad, es tu interior hablando. Escucharla no es debilidad, es valentía.

En esas señales está la guía hacia lo que realmente eres. No la ignores, podría cambiarlo todo.

¿Has escuchado ese susurro interno? En el ruido del día, tu esencia sigue ahí, esperando. Detente. Respira. Siente. En ese silencio está tu verdad, el camino que necesitas ver. Cuando te escuchas, todo empieza a cobrar sentido.

¿Te has escuchado hoy? Lo digo porque a veces, sentimos un vacío sutil, como si algo dentro esperara ser atendido. Para. Detente un momento. Respira. Escucha esa sensación. No la juzgues, solo siéntela. Es una puerta hacia ti, hacia tu esencia. Cuando te escuchas, te encuentras.