Obvio, se muere por saber la opinión del hombre que la trae tan enamorada, sacudiéndole la ñonga, ahora, a una mano y agitando el grueso frente al labio inferior, chocando de vez en cuando con tanta paja; besitos devuelve, coqueta.
Obvio, se muere por saber la opinión del hombre que la trae tan enamorada, sacudiéndole la ñonga, ahora, a una mano y agitando el grueso frente al labio inferior, chocando de vez en cuando con tanta paja; besitos devuelve, coqueta.