O bstinan en la pena y el llanto.
N unca dimiten de su empeño y
S iempre acuden al acoso de la
T ormenta y se plantan firmes
A nte las puertas del bienestar.
N inguna lágrima quedará sin su
T rato de fe y de ternura... y ese
E ntrañable y puntual consuelo.
O bstinan en la pena y el llanto.
N unca dimiten de su empeño y
S iempre acuden al acoso de la
T ormenta y se plantan firmes
A nte las puertas del bienestar.
N inguna lágrima quedará sin su
T rato de fe y de ternura... y ese
E ntrañable y puntual consuelo.