Es fácil perderla cuando... No importa —no iba a hablar del pasado, hoy no. Pero la existencia de Armand no había sido ningún camino de flores. Sí, cuando tuvo el teatro en París podría haber pintado, pero algo dentro de él lo frenó. Le faltaba algo, 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯. Y, aunque lo intentó, la pasión con la +

—Antes de poder responder, Marius ya lo estaba guiando a alguna parte—. ¿Yo? Mucho tiempo, años. Perdí la inspiración y me centré en los negocios, aunque nunca ha dejado de apasionarme el arte —lo miró—. ¿A dónde vamos?

—Marius podría estar mintiéndole, diciéndole únicamente lo que él quería escuchar, pero Armand le creyó. Quizá porque le pareció sincero, o tal vez porque necesitaba desesperadamente creer que era sincero.

El beso en el dedo envió un suave hormigueo por todo su brazo y él se mordió el labio +