Contribuir a la crispación no edifica, destruye. La mentira abona esa crispación y tú la alimentas con postureos maquillados de celo "apostólico".

por personeros cómplices de tal barbarie. Como entonces, predicar atribuyendo al Gob un anticlericalismo inexistente, puede despertarlo, ya que muchos, hartos de ver que invocando falazmente a Dios, manipulan en su nombre con descaro fariseo, propósitos espurios con evidente tinte político.

consagrado, "sacralizando" el monumento. Mayor muestra de amparar lo abominable, imposible.Más sagrada, a los ojos de la divinidad y la humanidad, son los hombres, verdaderos templos, no un monumento edificado para tapar las vergüenzas criminales de un tirano asesino, "bendecido" entonces y ahora

de enmienda por los desmanes criminales "bendecidos" en el pasado y defendidos como "necesarios" en el presente, abandonando la vocación farisea de otorgar mayor relevancia a un monumento material que a la dignidad de los fallecidos y su hacinamiento en el anonimato, so pretexto de haberse

de anticlericalismo y denostar una ley que busca instaurar justicia, es perverso, fariseo y rastrero. La resignificación de Cuelgamuros es un imperativo impostergable. Sería venturoso que tú y la jerarquía a la que perteneces, también resigificaran la necesidad de verdadera conversión con propósito

injusto. Por erigir una cruz y poner una orden de clérigos "guardianes", no se borra esa ignominia. La cruz no exime de responsabilidad criminal. Se la utiliza con artera intención de "borrar los pecados" cruentos y criminales, manipulando ese símbolo para enaltecer la impostura. De ahí que acusar

con la criminal dictadura, es la única responsable del descreimiento de sus ovejas, por sus desatinos, cosechando lo sembrado. Aferrarse a preservar un monumento que pretendió cubrir con un manto de olvido la indigna sepultura en el anonimato de tantos ejecutados y caídos, es aberrante, cruel e

manifestarla sin pudor, especialmente cuando ella arrebató vidas, libertades y justicia, no es compatible con la sana doctrina cristiana, sino con su perversión consentida, tal como los históricos fariseos. Una iglesia, en su jerarquía, que hasta hoy fue incapaz de pedir perdón por su complicidad

conoceréis", utilizando la parábola del árbol bueno y el malo por estéril. También, refiriéndose a los fariseos hipócritas, les espetó: "sepulcros blanqueados por fuera, pero llenos de podredumbre por dentro". Con sereno examen de conciencia, ¿dónde te ubicas? Identificarse con una ideología y

despertando del letargo al comprobar la incoherencia entre la prédica y la acción de sus pastores. No debes confundir anticlericalismo con decepción del clero, salvando a los ejemplares y justos que, aunque minoría, existen. No es tu caso, pero existen. Dice el nazareno: "por los frutos los

decían ser pastores del manso y justo nazareno. El anticlericalismo al que aludes erráticamente y con avieso propósito de culpabilizar al Gob y a una ley reivindicadora de justicia, de existir, no es culpa ni del Gob ni de esa ley justa, sino de la toma de conciencia de una sociedad que fue

contrarios al mensaje y evangelio cristiano auténtico, del que presuntamente debieras ser pastor. Fue la siniestra herramienta usada para justificar los crímenes de la dictadura, ya instaurada, mientras mitificaban al "caudillo por la gracia de Dios", bajo palio, para oprobio farisaico de quienes

histórica larga e injustamente postergada. No sorprende que, por justificar un pasado de complicidad ominosa con los crímenes franquistas, rescates y enarboles discursos de encono, desde el predicamento que tu posición de poder y privilegio permiten, para sembrar odio y división, antivalores

groseras prevaricaciones. Nada envilece tanto a la justicia como el fraudulento remedo que de ella se hace por parte de quienes, despreciando la imparcialidad, abusan degradándola.

empobreciendo la ya magra credibilidad que de ella se tiene, por su vergonzoso escoramiento político y su degradación institucional. Como titular de ese tribunal y del CGPJ, arrostras el escarnio que la infamia señala a sus gestores inficionados de hipócrita honorabilidad, devaluada al extremo por

con falsario postureo cuando son criticadas sentencias aberrantes, que delatan que el abuso del Dcho se origina y proviene de la máxima autoridad judicial que debe observar e implementarlo. Con estas nefastas y vergonzante resoluciones, envilecen la judicatura, la constitución, la ley y el Derecho

a la labor jurisdiccional, solo logran desnudar la hipocresía institucional que sin sonrojos pervierten el Derecho y lo manipulan a conveniencia, tornando el proceso en burdo remedo de respeto a garantías constitucionales y legales, pretiriendo la presunción de inocencia de manera grosera, invocada

Manipular aviesamente el Dcho, amparados en la potestad que legalmente ostentan, subvirtiendo su espíritu y principios con fines claramente arbitrarios, derrumban la credibilidad y confianza en impetrar justicia de ese máximo tribunal. Los mendaces comunicados y manifestaciones pidiendo respeto

la ya menguada credibilidad de un PJ, que en muy amplio número está excesiva y aviesamente politizado. Una encuesta no puede distraer de sus obligaciones verdaderas al CGPJ ante la emergencia del atentado contra el Estado de Derecho que parte desde el mismo Poder que debe garantizar y resguardarlo.