Disciplinantes, flageladores y masoquistas (ahora se llaman nazarenos) tomarán las calles y disfrutarán del respeto que les prodigamos los ateos pese a que les financiamos su tremebunda celebración medieval y tenebrosa.
Disciplinantes, flageladores y masoquistas (ahora se llaman nazarenos) tomarán las calles y disfrutarán del respeto que les prodigamos los ateos pese a que les financiamos su tremebunda celebración medieval y tenebrosa.