"La democracia no es el resultado del azar ni tampoco de la necesidad; no es un regalo del cielo, sino una conquista; la historia de la democracia es, sin que quepa duda alguna, la historia de la lucha por alcanzarla".

"La política de la esperanza estaba vedada y, entonces, ansioso por encontrar un camino diferente que lo llevara al poder, comprendió que existía, como aún existe, una única pasión política más poderosa que la esperanza: el miedo".

"El Parlamento es el santuario del lento y largo arte de la democracia, el templo de su frágil belleza. Pero si yo soy el pueblo y el pueblo soy yo, en tal caso el Parlamento se convierte en una pérdida de tiempo, en la sede de la corrupción, de la degeneración patológica...".

"«Yo soy el pueblo», «El pueblo soy yo». Si la primera afirmación se aventura en una sinécdoque (la parte por el todo) desproporcionada y de por sí peligrosa, en la segunda se efectúa la violenta reducción de una pluralidad muy numerosa a la singularidad del líder carismático".

"No debemos, como decía, fijarnos únicamente en Mussolini como el violador de Italia, sino en Mussolini como su seductor (...) no coincide con el fascista en sentido estricto, sino con su rostro populista".

"La estrella de la redención se apagó (...) Empezamos a medir cada experiencia con la vara corta del presente, una vara en la que los grandes escenarios de la existencia individual y colectiva no tienen cabida. Perdimos la capacidad de sentirnos recorridos por un tiempo grande".

"He aquí el compromiso de la Historia: la historia nunca se escribe de una vez por todas, la historia es siempre una lucha por la historia. La historia somos nosotros".