Emigrantes (Shaun Tan, 2006): Una historia de migrantes y de la diáspora contada sin texto alguno. Una experiencia para los sentidos que captura a las mil maravillas la confusión, la tristeza, la camaradería, las vicisitudes y la esperanza inherentes en este tipo de historias.

Aquí están las obras que vi durante todo el mes en formato visual y ordenadas. Por si os da pereza clicar en el enlace.

Fantástico capítulo si me preguntan.

Ha sido una lectura muy disfrutona.

El libro también es una tragedia. Una gran tragedia. Por la criatura que ve como su propio creador la odia y quiere verla muerta como por Victor que vé como su curiosidad y sus ansias de notoriedad le acaban destruyendo la vida.

El monstruo solo quería amor recíproco y un cientificucho con ínfulas y complejo de dios decidió que no merecía su amor.

La criatura nació bondadosa (o por lo menos no poseía el concepto de malo o bueno). Quería amar el mundo y a su creador. Pero se encontró con odio y desprecio. Eso rompe (y corrompe) a cualquiera.

Frankenstein o El Moderno Prometeo (Mary Shelley, 1818): Un hombre con delirios de grandeza decide crear vida artificial y acaba condenándose. Una criatura desamparada descubre que su creador la odia.
Obra fundacional de la ciencia ficción que te atrapa y te sumerge en un terror asfixiante y real.

Me volví a ver Prometheus.

Prometheus es ese tipo de película que no para de dar. En las montañas de la locura, Frankenstein, descripciones sci-fi, nuestra relación con dios, un juego de capas riquísimo que no para de crecer y crecer...

Y como fan del competitivo, agradecería que T1 dejase a otros equipos tener su momento. Empieza a hacerse aburrido.