Hoy, Carmen de Burgos se reivindica como una figura clave de la modernidad española. Su legado sigue vivo: una invitación a pensar, cuestionar y construir un mundo más justo desde la palabra y la acción.

Su activismo feminista fue constante. Defendió el derecho al voto, la igualdad educativa y la autonomía personal de las mujeres. Impulsó campañas, dio conferencias y abrió espacios de debate cuando estas ideas aún generaban rechazo frontal.

Además de periodista, fue una prolífica escritora: novelas, ensayos, cuentos y manuales que abordaban desde la educación de las mujeres hasta temas tabú como el divorcio o la violencia de género. Para ella, la literatura era un arma para transformar la sociedad.

Viajó por Europa como corresponsal de guerra y escribió crónicas que desafiaban los estereotipos de su tiempo. Su estilo directo, valiente y empático conectaba con lectores que rara vez encontraban voces femeninas en los grandes diarios.

En el contexto legal romano, reconociendo el estatus de la mujer casada y el cuidado de la descendencia. Con el tiempo, el significado evolucionó para describir la unión legal entre dos personas