Eso no implica no atender a las crisis y desestimarlas como meros cambios (comentario naif de "si el clima cambia, que cambie es natural"). Todo lo contrario: como el fin del mundo no se va a dar, apremia atender las crisis de hoy. Atenderlas sin abrazarlas como final inminente.

No es el fin del mundo. Es otra mutación. Y el apocalipsis vip es un cuento para esquivar lo real: que la historia sigue, guste o no. El colapso no es sino el refugio para proteger la moral, la antigua moral.

El ego generacional es un vicio raro que me impresiona muchísimo. Creer que nuestra época es la definitiva, la que cierra el telón, la que toca la campana. No somos ni únicos ni elegidos. Nuestras crisis son únicas, sí, pero como todas las crisis de la historia (?).

Y de nuevo la vida conseguiría un espíritu de reunión mucho más potente que en las faldas de los grandes magnates.

Me haría ilusión cartearme con quienes estoy lejos, aunque sea por Gmail, ya que no estamos continuamente actualizándonos por vídeos, fotos, comentarios y demás contenidos en rrss.

Por supuesto, los bulos volverían a los medios tradicionales (radio, tv y boca a boca), pero es cierto que las barreras del miedo al otro en lo social no perdurarían como antaño, cuando las reglas de autoridad y respeto eran el parapeto para la no sociabilidad.

Sin embargo, las mecánicas de sociabilidad no son las mismas que antes de internet.

¿Cómo sería el mundo social sin rrss pero con dichas mecánicas?

si interesa, tan solo pégame una voz y cuento por si queréis acercaros algune (no sé bien si os coge cerca o lejos)

en la UCM estamos elucubrando una pequeña red de deleuzeanes doctorandes para estudiar y trabajar guay cualquier aspecto de la obra que inquiete (bien en su corpus, bien en sus reverberaciones). El año pasado comenzamos DyR, que acabaremos en este primer cuatrimestre si todo va bien.

Jajajaja perdón por responder tan tarde, acabo de verlo. Yo encantade de montar cualquier cosa y más si es sobre el bueno de Guille

La organización es un auténtico dulce. Me llena de alegría poder compartir cartel con tan enormes nombres, además de compartir mesa con ellos.

No sé, la verdad jajajajja o quizá solo soy hipócrita