Ahora bien, si una mujer actúa influenciada por sus grupos sociales que asocian el no depilarse o no usar tacones con un acto de libertad y feminismo, o por comentarios machistas, mientras no logremos superar estas restricciones seguiremos atrapados en la misma miseria social.

Si las respuestas a estas cuestiones fueran que las mujeres han sido libres para decidir qué hacer, habremos avanzado en el feminismo.

El centro del asunto está en ¿qué elementos sociales han influenciado a las mujeres para tomar las decisiones? ¿es únicamente ella la que tiene las riendas de su vida? ¿están condicionadas por su familia o por su condición social?

No es más mujer una persona que se quiere dedicar al cuidado de sus hijos ni una mujer que quiere estudiar y vivir por y para ella. Por ejemplo, Virgine Despentes eligió en un momento concreto de su vida sumergirse en el mundo de la prostitución, de forma voluntaria.

Ahora bien, desde todas las esferas políticas tratan contínuamente de imponernos una versión u otra del feminismo. Si entendemos el feminismo como la libertad de la mujer, ¿por qué no dejar que ella misma decida qué quiere ser? Cómo bien se define en la película “La sonrisa de la mona Lisa”.

Los datos nos muestran que la población que vota a partidos que se posicionan más a la izquierda en la escala ideológica cuenta con un sentimiento más feminista.

Sin duda, el feminismo no solo es un problema que preocupa a la sociedad sino que, a través del proceso de agenda setting, ha pasado a la esfera pública. Hasta hace unos años apenas Podemos hablaba del feminismo, ahora incluso PP o VOX tratan estos temas en sus discursos, ha venido para quedarse.

En 2018, la población comenzó a catalogar la violencia contra la mujer como un problema preocupante en la sociedad. En 2019 y 2023 se lanzaron estudios parecidos abordando la cuestión del feminismo desde una perspectiva laboral: salarios, posiciones de poder o dificultades en la conciliación.

En noviembre de 2017, por primera vez en la historia, el Centro de Investigaciones Sociológicas de España (CIS) lanzó un estudio sobre la percepción de la igualdad entre hombres y mujeres, preguntó sobre el papel de las políticas públicas para enfrentarse a las desigualdades entre sexos.

Con el paso del tiempo países como Alemania, Suecia o Rusia fueron fijando está fecha. En España, el 8M de 2017 contó con un gran apoyo, coincidiendo con el procedimiento judicial del caso La Manada. Se volvió una reivindicación de empatía, de ¡justicia! Año a año, más gente invade las calles.

Nos encontramos con que las mujeres han dicho ¡basta!; basta de perfeccionismo, basta de cuerpo ideal. Ahora queremos ser nosotras mismas y contar con plena libertad para ser lo que queramos, sin clichés.

El 8M comenzó a celebrarse ya en 1910, aunque inicialmente no sé festejaba este día.