Fue toda una hazaña para una mujer que inició su carrera artística en la última década del siglo XIX. Que se formó en Barcelona, pero para depurar su técnica se fue a París (¡Sola!!!)

Su obra puede estar perfectamente a la par de Santiago Rusiñol y Ramón Casas.

Porque socialmente estaba muy bien visto que las mujeres pintaran, sí, pero como hobby, como una asignatura más de lo que las jovencitas de clase buena aprendían en su tiempo libre. Como también tocar el piano o cantar. Pero no estaba tan bien visto que se dedicaran a ello.

En 𝟙𝟡𝟘𝟝 Lluïsa Vidal pintaba 𝓜𝓪𝓻𝓬𝓮𝓵𝓮𝓽 𝓮𝓷𝓯𝓮𝓻𝓶𝓸.
Ella fue la única pintora del modernismo catalán en vivir de su obra y ganarse la vida con ello.
Y este dato, en su época, es reseñable y a destacar, porque no era ni lo habitual ni lo "estéticamente adecuado".

Fue ante todo una mujer moderna, valiente y osada.
Una mujer hábil, inteligente, brillante, capaz de llegar a la cúspide y resplandecer, a pesar de cargar con una herida demasiado profunda con la que lidiar.

Con tan solo 10 años fue víctima de una violación brutal que la obligó a salir de su pueblo, repudiada por su madre y sobre vivir a las dificultades de una vida de principios de siglo XX que la forjó un carácter vivaz, pero dañado por dentro.

Muy a su pesar, nunca pudo llegar a enamorarse ni a disfrutar del amor ni del sexo.
Porque la Otero estaba destrozada por dentro, acarreando una herida invisible tan grande que ni la cantidad ingente de dinero que ganó ni la fama internacional que consiguió, pudieron curar.

Fue lo suficientemente hábil e inteligente en el escenario como para destacar y ser admirada...
pero aún así nunca se la reconocerá como una gran actriz, bailarina o cantante, sino como una gran seductora de hombres, una cortesana.

💫 Gracias a su inteligencia supo ver qué podía potenciar en ella misma para sacar el mayor partido en el escenario.
✨️ Gracias a su habilidad se convirtió en una de las artistas más populares, admiradas y seguidas de Europa.

¿Conoces a esta mujer?
Agustina Carolina Otero, más conocida como la Bella Otero, fue uno de los personajes más destacados de la Belle Époque, conocidísima en los círculos artísticos de París, pero también de Europa y América.

💥 Ver imágenes sobre ellas (Generación del 27) y reflexionar cómo se posicionaban ante la vida no deja de sorprenderme.
👉 Su valentía y determinación son un recordatorio de que la lucha por la igualdad y la libertad son atemporales. 👈
Y hay tantas lecciones que podemos aprender de estas pioneras!!