Sus pequeños pies de madera sintieron el suelo. Miró sus manos, ya no controladas, sino suyas. una sonrisa que se extendió de oreja a oreja, El mundo exterior era un torbellino de colores y sonidos que nunca antes había percibido de verdad. Saltó y bailó.
Sus pequeños pies de madera sintieron el suelo. Miró sus manos, ya no controladas, sino suyas. una sonrisa que se extendió de oreja a oreja, El mundo exterior era un torbellino de colores y sonidos que nunca antes había percibido de verdad. Saltó y bailó.
- ¿estás bien pregunto ?
No,estoy cansado -se quejó, que colgaba de las cuerdas atadas a la cruz de madera que reposaba sobre la caja. Estoy cansado de que el maestro
- ¿estás bien pregunto ?
No,estoy cansado -se quejó, que colgaba de las cuerdas atadas a la cruz de madera que reposaba sobre la caja. Estoy cansado de que el maestro