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La reconstrucción no empieza con ladrillos:
empieza con levantar a quienes el mundo enterró en silencio.
Empieza con memoria. Empieza con justicia.

El típico viejo verde de toda la vida, que seguramente pensó que ser facha era una especie de inmunidad "a la Juan Carlos I, alias El Emérito"

Ayer me enteré, en una tertulia del ZDF, de que el canciller ha dicho que si Netanyahu viene a Alemania, no ordenará su detención, sino que la impedirá. Claro que hasta hace nada Merz era el representante de Blackrock y dijo ganar 1 millón de euros al año

La seña de identidad de la ultraderecha actual es la defensa a ultranza de la libertad de molestar a los demás

No acabamos de entender que cualquier colectivo que tenga un objetivo común ha de organizarse y definir sus estrategias. No sabemos organizarnos, no sabemos escuchar, no sabemos pararnos a pensar de forma colectiva.

Pero me temo que no acabamos de entenderlo como colectivo, no nos sentimos "miembros" ni del colectivo progresista, ni del colectivo "democrático" que aún es más amplio y abarca también a algunos demócratas "de centro" o incluso "de derechas".

Pedro Sánchez no puede frenar este golpe de estado, ni ningún partido "progresista". Los únicos que podemos somos justamente "los progresistas", que somos más que ellos, los señores togados, los "señores" de las finanzas y de la industria, los políticos fachas y alguna fauna más que haya olvidado.

Hasta los años 90 la mayoría de la judicatura alemana no quiso aceptar que los crímenes de los nazis fueron crímenes: hablaban de "presuntos crímenes".