No en los últimos años

🥰🥰🥰

Gracias!!! Mañana continúa.

😅

No, no, parece super real 😂

Y entonces casi me quedé sin respiración cuando vi que se agarraba la polla y empezaba a menearla. No le picaba un huevo. Se estaba cascando una paja.

(continuará)

Pero si ya estaba poniéndome malo, muy pronto empeoraría. Al principio ni me fijé, concentrado como estaba en apreciar cada detalle del pollón de mi amigo. Solo era una mano que se movía. Que su destino fuera su pelvis tampoco era significativo. Le picaría un huevo. Lo normal.

Estaba a punto de reventar. Subí corriendo a la habitación, cerré la puerta y me asomé por la ventana para verle otra vez. Ahí seguía, con su cuerpo perfecto en la hamaca y su polla todavía dura, tiesa, irresistible… Me moría por chupársela y mi polla se contrajo con solo imaginármelo.

Hinchada como estaba, brillaba por el agua y algunas gotitas (que hubiera pagado por lamer) descendían muy lentamente desde su glande y recorrían todo el tronco de su polla hasta los huevos.
—Eh..., creo me voy a dar una ducha —dije.
Tenía que salir de ahí. Eso era más de lo que podía aguantar.

En un descuido me bajó el bañador hasta los tobillos.
—¿Ves? No pasa nada —comentó mientras salía de la piscina y se dirigía a una tumbona. Como pensaba, se había empalmado, pero no parecía importarle y se le veía la mar de tranquilo tumbado con la polla tiesa alzándose en vertical como una columna.

Sus manos me agarraban del culo, recorrían mi pecho y me tocaban el paquete tanto que si no fuera porque sabía que era hetero hubiera pensado que se recreaba metiéndome mano, porque vaya sobeteos. Evidentemente, acabé empalmadísimo y, por lo que pude notar, él también empezaba a estarlo.

Pero Alberto tenía sus propios planes y empezó a intentar desnudarme. Me agarró de la cintura del bañador y tiró hacia abajo. Yo me resistí y empezamos a forcejear, lo que me excitó aún más de lo que ya estaba. Su cuerpo se pegaba al mío. Sus brazos me rodeaban. Notaba su aliento en el cuello.

—¿Te da vergüenza? —se rio.
—No, por supuesto que no —contesté.
—Yo creo que sí. Quítatelo.
—Que no.
Mi polla se estaba poniendo dura como una piedra. Me hubiera bajado el bañador ahí mismo, pero no podía. Alberto no sabía que yo era gay y si me veía cómo estaba, se daría cuenta y podía no gustarle.

—No te importa, ¿no? —me preguntó. Debía haberme visto con la boca abierta de asombro. Sí que había algo que no hubiera visto antes, esa enorme polla.
—No, claro, somos amigos —conseguí balbucear.
—Además, se nada mejor desnudo —afirmó—. Puedes quitártelo si te apetece.
—No, gracias, estoy bien.

—Vaya putada —dijo Alberto. Seguía con los pantalones puestos—. Me he olvidado el bañador...
—Pues sí que es una putada —le respondí decepcionado. Sobre todo, era una putada para mí.
—Pero, qué coño, somos amigos. No hay nada que no hayas visto antes.
Y dicho esto se desnudó y se lanzó al agua.

Parecía que ese día que iba a recrear la vista más de lo que había pensado. Alberto en bañador era algo difícil de olvidar. Especialmente, cuando salía del agua marcando lo que la tela escondía. Me cambié rápidamente para no perderme ni un segundo de semejante espectáculo y me tiré a la piscina.

Pero tenía su lado bueno. Había podido recrear la vista durante todo el camino en el espectacular cuerpo de mi amigo Alberto. Sus bíceps, sus fuertes pectorales, sus abdominales marcados..., una pena que no fuera gay.
—Qué calor hace —se quejó—. Me voy a ir a la piscina en me ponga el bañador.

O un... son demasiadas excepciones, necesitamos una Death Note 😅