Es posible que pase al menos en cierta medida. Hay un producto argentino que usa IA extensivamente desde ~dos años (no lo mencionaré) y tiene éxito moderado.

Igual, aunque viviésemos en una utopía en la nadie debe trabajar, me seguiría doliendo esta la noción que se pretende imponer sobre el arte.

Tenemos ya toda una historia de esto. Las grandes tecnológicas se asentaron causando estragos. Véanse las prácticas de EEE y FUD de Microsoft o la gente que trabaja para Amazon teniendo que orinar en botellas.

Quiero agregar: la IA generativa no es intrínsecamente mala, pero en el contexto que vivimos está impulsada por compañías que quieren ver qué dependencia desarrollamos sobre ellas, siendo ellas quienes las controlan o dirigen. No les importan los cambios que haya en el entramado social.

Obvio que si los dejás hablar un minuto más se ponen a normalizar la explotación laboral.

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Me cuesta creer que la gente a la que le gustan las cosas generadas por IA por ser «estéticamente bellas» valoren la expresión artística. Me parece que nunca les importó el arte, sino que solamente les gustaba lo «bonito».

La IA generativa se vende como algo para crear con lenguajes de medios existentes pero despojándote lo más posible del proceso. Es una caja negra que no agrega nada propio: no es siquiera como arte necesariamente derivativo, como el collage.

No puede compararse con las viejas cuestiones de fotografía analógica vs digital o pintura vs fotografía. En esos casos se contruyeron lenguajes, se afectaron entre sí, y el proceso siempre importó. Y una foto (snapshot) no es necesariamente arte (photograph). ESA vieja cuestión sí fue y es válida.

Es un sobrenombre peyorativo originalmente contra el kirchnerismo, un juego de palabras o más bien letras entre "K" y "cucaracha". Igual la ultraderecha a veces la usa para referirse a todo el espectro político que no adhiera a ella. He visto hasta gente de centroderecha ser llamada kuka.