Mi mamá me dio la vida, Freud las ganas de vivirla.
22 años tiene.
22 años tiene.
No os engañéis, nada hiere más a un ególatra megalómano que un desprecio público tan rotundo, amplificado ante el mundo entero.
No os engañéis, nada hiere más a un ególatra megalómano que un desprecio público tan rotundo, amplificado ante el mundo entero.