6. Una novela real, Minae Mizumura. Es un libro para llevarte de vacaciones y también para tener en la mesa de luz y leerlo todas las noches. Literatura japonesa clásica que tiene amores, luchas familiares, ascenso social, caídas, vejez y mucho pero mucho drama.

5. Confesión, Martín Kohan. A MK hay que leerlo en general y en particular. Hay que leerlo todo. Este libro para mi lo tiene todo, es perturbador, es incómodo, es intenso y te va llevando de una forma que no lo podés soltar.

4. Nada se opone a la noche, Delphine de Vigan. Todas las complejidades que atraviesan el vínculo con una madre, en este caso a través de una escritura superior.

3. Hamnet, Maggie O’ Farrell. Si sos como yo y pensás “es literatura de época, no me va a enganchar”, este libro te cierra la boca y te dice que sos una tarada. no solo es atrapante, también es profundamente conmovedor.

2. Canción dulce, Leila Slimani. La puerta de entrada a esta escritora que convierte en paco lo que escribe. Esta novela es siniestra, es atrapante y es simplemente espectacular.

1. Claus y Lucas, Agota Kristof. Yo se que mi segundo nombre es exagerada pero me atrevo a decir que es uno de los mejores que leí en mi vida. Lo terminás y no lo podés creer.