Una mierda ambulante persigue los stands del partido de extrema derecha #AfD. Hoy Berlín dice NO a la extrema derecha. #noAfd

Frente a esa exigencia y esos límites aparecen el Vox, el Trump, el Alvise de turno y les habla como les hablaba su mamá: no te preocupes, hijito, tú no tienes la culpa de nada, tú te lo mereces todo, si esa chica no te habla es una puta, por supuesto que puedes hacerles bullying a los migrantes.

Y la situación se vuelve tan frustrante y tan inmanejable que solo les queda revolverse contra quienes les ponen límites (el feminismo, las mujeres) y quienes les dicen que van a tener que aprender a convivir con el resto del mundo (la izquierda, lo woke).

De repente llegan a la pubertad, que siempre es una época jodida para cualquiera, y descubren que fuera de su casa nadie los considera la última Coca-cola del desierto, que las mujeres les ponen límites, que suspenden, que no van a levantarse 5000 al mes por rascarse las pelotas como creían.