— Hace tiempo perdí una perla ¿La has visto?
Lentamente soltó su rostro, cabía destacar que su tacto había sido cálido, como el fuego del hogar.
— Es una perla especial, una perla marina.
— Hace tiempo perdí una perla ¿La has visto?
Lentamente soltó su rostro, cabía destacar que su tacto había sido cálido, como el fuego del hogar.
— Es una perla especial, una perla marina.
Se saltó todos los protocolos habidos y por haber en cualquier escena social, se acercó tanto a él que casi podía sentir su aliento. Sus manos tomaron el rostro del contrario con ambas manos.
— Así que la espuma del mar te trae aquí. >
Se saltó todos los protocolos habidos y por haber en cualquier escena social, se acercó tanto a él que casi podía sentir su aliento. Sus manos tomaron el rostro del contrario con ambas manos.
— Así que la espuma del mar te trae aquí. >
— ¿Vienes de la inmensidad de las estrellas? Son casi tan cambiantes como el mar. Peligrosas.
— ¿Vienes de la inmensidad de las estrellas? Son casi tan cambiantes como el mar. Peligrosas.
Dijo como si fuera "normal" ese tipo de explicación.
— Muchos son como el mar, otros se pierden en las estrellas y otros entre tinta.
Aquella mujer lo había pasado lo suficientemente mal como para que su mente estuviera "lejos", como si más que persona>
Dijo como si fuera "normal" ese tipo de explicación.
— Muchos son como el mar, otros se pierden en las estrellas y otros entre tinta.
Aquella mujer lo había pasado lo suficientemente mal como para que su mente estuviera "lejos", como si más que persona>
Y ella conocía bien las calles, sobre todo aquellas con una taberna.
Y ella conocía bien las calles, sobre todo aquellas con una taberna.
— Eso creo.
Dijo la mujer y su mirada bicolor se paseó por el rostro del hombre.
— Nunca te he visto por estas>
— Eso creo.
Dijo la mujer y su mirada bicolor se paseó por el rostro del hombre.
— Nunca te he visto por estas>
La mujer de pequeña estatura fue "atropellada" por el caballero, instintivamente la de cabellos blancos azulados se sobó el golpe, acariciándose con cuidado el hombro.
— No es nada, estaba distraída.
Y su mirada volvió al escaparate que estaba viendo, un vestido. Uno azul oscuro.
La mujer de pequeña estatura fue "atropellada" por el caballero, instintivamente la de cabellos blancos azulados se sobó el golpe, acariciándose con cuidado el hombro.
— No es nada, estaba distraída.
Y su mirada volvió al escaparate que estaba viendo, un vestido. Uno azul oscuro.