Pf, qué preciosidad.

Y por Tiraspol. 🚌

Más innovador me parece un disco como Motomami, que se atreve a coger géneros musicales sin prestigio para hacerlos mainstream.

Se nota del deseo de exploración y el manejo de referentes, pero el resultado es un pastiche. Lo místico se termina trabajando más en términos visuales, de apoyo y promoción a lo musical, que en las canciones en sí. Meh. Mucho ruido y pocas nueces.

Y sigamos leyendo a Maria Banuș, Margareta Sterian, Mihail Sebastian, y muchos otros escritores maravillosos que vivieron esa violencia enorme sobre ellos, por favor.

Aquí una buena toma de contacto con el tema:

La palabra «pastramă», del verbo «a păstra» (preservar), está en cada súper de Rumanía. En Estados Unidos, evoluciona a la forma «pastrami» por analogía con «salami», el plural del término italiano «salame». 🥪❤️

Yo no me meto en muchos fregados en redes sociales porque aprecio la tranquilidad, pero anda, hombre, a otro con esta cantinela.

Tenemos toda una historia de la literatura —y las artes en general— construida para mantener los prejuicios hacia las identidades marginalizadas, pese a ser usadas como objetos literarios constantemente, y me vas a venir a decir que la parodia de los pijos es un sesgo indeseable.

Dios me libre (jaja) de defender a una persona rica, que probablemente (ojalá me equivoque, pero lo veo difícil) presente un discurso continuista. Esperemos a ver qué hace.