Y así está ahora. Supongo que cuando baje las pocas cositas que quedaban por poner ya estarán.
Y yo que sé, me ha alegrado el finde. Oye.

Y me ha encantado ver que según pasan las horas y los días cada uno ha ido poniendo en su sitio un adorno, uno cada vez. Y llenando de nuevo el árbol.
Yo puse la primera.

Y ahí está la caja con lo donado el año pasado (bueno para cuando hice la foto ya andaba la cosa por la mitad).

Pues este año han repetido, han dejado la caja de adornos al lado y un nuevo cartel pide la “colaboración ciudadana” para decorarlo.

Os voy a contar la historia de este árbol y por qué creo que te devuelve un poquito la fe en que aún tenemos un poco de arreglo.

A mí lo de los buenos días me da un poco igual.
Yo le pediría que me hiciera croquetas.

Necesito más contexto para lo que me he encontrado hoy en la puerta de mi edificio.

Tendría amigo. Es to buena gente.

Os presento al verdadero autor del tuit. Qué tiempos, Twitter era otra cosa.