Suplicar solo a "lo que sea que esté allí y me escuche", romper el ego, ponerse de rodillas y por fin, pedir ayuda. Reconocer que necesitas a un Poder Superior a tu ego para salir de allí...y que el milagro, comienza a operar en ti...
Gracias Dios, gracias vida. Gracias AA y NA. Gracias a todos.

Cansado del cuerpo y del alma y no poder parar... ese dilema que solo quien ha padecido esta obsesión tan destructiva entiende, cuando el alma llora: Querer parar y no poder. Con la voluntad abatida por una compulsión que no cura la medicina, ni la religión, tampoco la filosofía.
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Fueron noches que no supe a qué hora terminaban. Sensaciones que entraban en mi torrente, despertando emociones no conocidas. Ese dolor que siempre estaba, desaparecía; el sol salía de nuevo aunque fuera la medianoche. Un efecto pasajero, tan efímero como la misma ilusión. Un fuego fatuo,
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En mi vida, tras enfrentarme al vórtice de mi propio caos. Y ha sido desde la terapia con profesionales y mi grupo de ayuda mutua, como de personas bien intensionadas que pude hacerme consciente y cargo de mi propia sombra. La autocrítica fue importante siempre en este proceso de tratamiento.

La depresión no siempre va acompañada de una tristeza notoria a nivel de cara, pero si hay disminución de energía física y psíquica para resolver el día a día con el ánimo que se tiene en la ausencia de esta. Se anula la claridad mental, no hay enfoque ni gestión de objetivos y metas.
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Es común que los más cercanos a nosotros también se vean envueltos en nuestras pérdidas individuales, como lo están en aquellas que los involucran directamente a ellos. Los duelos son complejos y requieren transitarse, sentirse. Llorarlos.

Las pérdidas suelen traer varios elementos como la pérdida nuclear de la persona, vínculo, salud, circunstancia, estado de vida, etc. Pero también atrae pérdidas colaterales que a veces no logramos ver, solo sentir magnificando el sentimiento de desolación que deja lo que ha sucedido.

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Escuchar, aceptar que otros pueden guiarme desde la empatía, la espiritualidad, incluso la ciencia para poderme reparar. Acepté mi dolor, haciendo vida aquello que dijo Carl Jung:"Lo que resistes, persiste".

Fue reconciliarme con ese yo lastimado, abusado, disminuido, muchas veces por mí mismo, por sentirme el culpable de haberlo permitido. Y reconciliarme conmigo no fue sencillo, pero no lo hice solo, pedí ayuda y se me brindó, acepté que no tenía todas mis respuestas y tenía que aprender a
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Aceptar mi dolor y mi oscuridad fue la puerta que me condujo a ir trascendiendo esas heridas que durante mucho tiempo estuvieron allí lastimando mis relaciones interpersonales, mi desarrollo profesional y mi visión del mundo. Fue contemplarme a mí sin las máscaras que me fabriqué
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Va a doler y tenemos que contactar con el dolor, transitarlo, no anestesiarlo, sentirlo, llorarlo y expresarlo: verbalizarlo, pintarlo, escribirlo, convertirlo en entrenamiento físico, etc. Echar a andar la vida sin dejar de sentir, sin pretender que no duele, eso es lo sano.

En cuanto a una ruptura, superar a alguien requiere acción: crear nuevas rutinas, ubicar a tu red de apoyo y acompañarte de ellos, de nuevas personas, recuperar aficiones que dejaste de lado, trabajar en tu propio bienestar. No puedes esperar a que un día te despiertes y de repente, ya no duela.
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Todas las relaciones interpersonales vienen a dejarnos un tanto de significado en nuestras vidas. Algunas nos confrontan con nuestras heridas de la infancia, algunas generan traumas. Otras nos hacen crecer, incluso encontrarnos a nosotros mismos.
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"Lo que yo haría "...
Decir lo que harías tú. Cuando, en realidad, muchas veces lo más útil —y lo más humano— es callar. Es ofrecer un espacio donde el otro pueda sostener su dolor sin sentirse juzgado o corregido.
Tus buenas intenciones no siempre se traducen en acompañamiento real.

No es empezar desde cero, es empezar desde la pérdida, desde los nudos que se hacen en el alma y que a veces nos impiden ver la claridad del camino. Es empezar desde la experiencia, con el dolor a cuestas. Es tener que recablear incluso a la propia red de apoyo. Eso es empezar desde el duelo.

Estás a salvo. Hoy soy el adulto que necesitaste cuando fuiste niño, hoy estoy aquí contigo y no soltaré tu mano".

#BuenosDías
Inicio el día escuchando a mi interior. Contemplando mis pensamientos sin importar lo caóticos que puedan ser. Me contemplo, me escucho y con una mano en el corazón me digo: "Estoy aquí para ti, no dejaré que nadie te haga daño.

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#BuenosDías
Hoy seré amable conmigo y me trataré mejor que ayer. Tomaré agua, no me envenaré con el veneno de la ira y el mal entendimiento. Hoy viviré este día sin pensar en lo que no tengo, voltearé a ver lo que sí tengo y agradeceré por ello. Hoy vuelvo a empezar.