Sí quiero despedirme con una reflexión.

Bowie era un genio. Eso está claro.

Pero gran parte de su genialidad consistía en saber rodearse de otros talentos. De rastrearlos y juntarlos, de aprender, absorber y trabajar con otros.

Las obras de arte casi nunca nacen en soledad.

Aquella canción se convirtió en inspiradora para muchos. Todos podemos ser héroes. Aunque sea por un día.

Es un mensaje muy potente.

Quizás una de las veces que más lejos llegó fue en este concierto del 87, cruzando el muro hasta el lado Este de Berlín.

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En aquella vieja sala de baile de la Gestapo Bowie y los suyos siguieron trabajando como en el disco anterior, explorando la creatividad libre y dejándose llevar por ella.

Tony grababa la base de la canción, a la que David añadía letra y Eno, sus maquinitas.

Así nació "Heroes".

Estaba pensada para los años setenta, pero por una serie de cuestiones no llegó hasta dos décadas después. Sin perdón (1992) es una desmitificación de la vida en el oeste filmada con un estilo áspero y descarnado. Qué filmografía la de Clint Eastwood.

Centauros del desierto (1956) y esas puertas que se abren y se cierran. Qué grande es el cine.