El magnate escribió: “La libertad y la democracia ya no son compatibles”. La frase resume gran parte de su pensamiento.

«Va a armar un follón y crear un problema donde no lo había», advierte el profesor de la Universidade de Santiago

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El estudio toma como ejemplo las ciudades de Bogotá y Nueva York, situadas sobre el mismo meridiano, pero a diferente latitud, para señalar que invierno el amanecer se retrasa 1h30m en la segunda ciudad. “Esto retrasa la vida en Nueva York durante el invierno, pero en primavera el retraso del amanecer ha desaparecido y la actividad puede iniciarse antes. El cambio de hora de primavera facilita esa adaptación”, señala Jorge María. El estudio recoge diversos ejemplos, actuales y pasados, de sociedades con actividad retrasada en invierno y adelantada en verano, en línea con el papel sincronizador de la luz matinal para nuestro organismo. “Las sociedades modernas tienen varios mecanismos de sincronización. Por ejemplo, el empleo de una hora estándar en una región amplia, o el empleo de horarios preestablecidos. El cambio de hora es otro mecanismo sincronizador, que adapta la actividad humana a la estación correspondiente”, señala Martín-Olalla. Lo autores indican que el primer fin de semana de abril y el primer fin de semana de octubre serían los más adecuadas para el cambio de hora.