Desde la Ilustración, aspiramos a una humanidad adulta que asuma que vive y muere sin propósito, y que se dedique a ser amable y pasarlo bien.
El resto es soberbia y miedo.
Desde la Ilustración, aspiramos a una humanidad adulta que asuma que vive y muere sin propósito, y que se dedique a ser amable y pasarlo bien.
El resto es soberbia y miedo.