Crónicas desde la Misericordia

Mi abuela decía cuando tras una orden poníamos objeciones: no me vengas con aranceles; pues bien, eso le han dicho Trudeau, Sheinbaum y Europa, y el fanfarrón ha plegado velas. Es el riesgo que se corre cuando entregamos un mechero a un pirómano.

Algunos prefieren al Lopintan, que al León. A ver quien paga los platos rotos ¿Lo dudáis?

¿Algún ingenuo esperaba que ahora se repararan las injusticias opacadas en la transición? Puede llamarse a la reconciliación entre hermanos, teniendo en las cunetas a miles de ellos, ni hablar de abrir heridas por parte de aquellos que durante 80 años no han permitido que se cerraran.

Hay gente que todavía no se ha enterado de que vivimos en un estado laico, con libertad de credo y de conciencia y que cada cual contempla una forma de gestionar, o no, su plano espiritual y que ninguna creencia puede violentar la libertad de los ciudadanos.

La causa contra el fiscal general como las Podemos y otras que están en curso y que como las demás, serán como el parto de los montes: mucho ruido, mucho fragor, mucha verborrea y mucha tinta derramada y al final del cataclismo emergió de las montañas un ratoncito.

José Martínez Olivares

Crónicas desde la Misericordia

El mar está arbolado porque la luna de hielo lo alborota. Esta noche he tenido unas pesadillas que seguramente debo de poner en el debe del plenilunio: soñé con la jueza Alaya moviendo airosa el troley ¡Que apropiado el nombre! Musicalmente suena a trola

Hoy hace un día casi de verano en Málaga, el sol refulge quizás celoso de las luces de Navidad que engalanan la calle Larios y que el alcalde inauguró anoche en el black friday , aunque la composición no es un saldo, como la mayoría de las ofertas con que nos marean desde hace semanas.

Granada, Carrera del Darro