+ ti, cariño... —Levantó la cabeza, buscando su mirada. Tomó su rostro entre las manos con ternura—. No sabes cuánto... no sabes cómo —capturó su boca, suspirando.

+ no tendría un futuro con Haymitch. Tras tanto tiempo resignada a la soledad, podría decir que se imaginaba una vida junto a él, siendo su mujer y la madre de sus hijos. No necesitaba lujos ni grandes cosas, tan solo un lugar al que llamar hogar. Pero eso no sucedería... O eso pensaba.

—Y yo a +

Johanna no recordaba la última vez que bailó con alguien que de verdad le importara, o si alguna vez supo lo que era el romance. Era joven, apenas había tenido tiempo para vivir cuando el Capitolio se lo arrebató todo.

Qué injusto era tener que entrar en esa maldita arena, qué triste saber que +

+ habitación.

A veces era demasiado fácil olvidar que los días estaban contados y perderse en esa burbuja de fantasía... Quizá por eso, cuando recordaba la cruel realidad, el golpe era demasiado fuerte y acababa destrozada.

Cuando la canción acabó, se abrazó a él con fuerza.

Johanna nunca había sido una chica especialmente tímida, pero hacía tanto tiempo que no bailaba que aquello la tomó por sorpresa y, hasta que no se soltó, el sonrojo en sus mejillas no desapareció. Sin embargo, acabó por reír junto a Haymitch mientras se dejaba guiar por él por toda la +

+ no querían estar juntos.

Una noche más, en cuanto el lujoso hotel se quedó más o menos vacío en las zonas comunes, la joven acudió a la habitación del mayor. Llamó a la puerta, escuchando la música desde fuera.

Johanna estaba segura de que su relación con Haymitch ya no era un secreto para nadie. Pero lo cierto es que tampoco le sorprendería que así fuera, pues ninguno de los dos se estaba molestando en disimular demasiado. No merecía la pena malgastar ni tiempo ni energía en fingir que no se amaban, que +

+ frente—. Haría tantas cosas contigo, Haymitch...

+ que ambos comparten.

Le busca la boca para llenársela de lengua, suspirando de puro deseo al catar su sabor adictivo.

—Yo no sé si me he enamorado antes... He sentido cosas, mentiría si dijera que no, pero esto... esto es tan diferente, tan maduro y tan real —le retira el flequillo de la +

Sin embargo, para Johanna Haymitch es un hombre increíblemente atractivo. Le gusta todo de él, desde su pelo rubio, pasando por su sonrisa pícara y acabando por cada cicatriz que adorna su cuerpo fuerte y trabajado a pesar del exceso de alcohol. Se nota que Haymitch no ha dejado de entrenar, algo +

+ un momento tan terrible.

Asiente, liberando sus mejillas.

—Claro que sí. Vamos a la cama... Si dormir no fuera necesario, me parecería una pérdida de tiempo. Preferiría pasar todas esas horas contigo —se empieza a desnudar delante de él, quedándose únicamente con las braguitas blancas.

—Haré todo lo posible para sobrevivir, te lo prometo... Ahora tengo una razón para volver —sonríe débilmente, con tristeza, pero también con sinceridad. Se ha enamorado perdidamente de Haymitch, aunque ya le gustaba de mucho antes. Nunca imaginó que tendría una oportunidad con él, y que sería en +

+ los otros. Deberían hacer lo posible por sacarnos a todos.

+ desgracia, Johanna es inteligente y realista.

Aun así, decide hacer un esfuerzo con tal de tratar de transmitirle algo de esperanza y tranquilidad al hombre al que ama. La única persona que le importa de verdad.

—Tal vez me saquen de allí... ¿No? Formo parte del plan, igual que Finnick y +

Johanna le acaricia las mejillas, comprendiendo muy bien lo que debe de estar cruzando la mente de Haymitch. ¿Cómo separar la realidad de lo que uno desea? Es casi imposible cuando la muerte la espera a pocos días. Aferrarse a la posibilidad de salir con vida es una necedad, y por suerte o por +

+ eso ahora... Aprovechemos el tiempo que nos queda, por favor —lo toma de las mejillas, mirándole a los ojos—. No se me ocurre nada mejor que llevarme tu recuerdo a la arena...

+ significa que el plan vaya a salir bien... De hecho, creo que las posibilidades son mínimas —y aun así ella está dispuesta a jugárselo todo por colaborar, aun sin saber todo lo que Heavensbee y los demás tienen en mente. Cualquier cosa le vale con tal de acabar con Snow.

—Pero no pensemos en +

—A mí tampoco me ha parecido la más simpática del lugar, si te soy sincera. Si las miradas matasen, me habría matado en el ascensor —sonríe con diversión, negando con la cabeza—. Pero supongo que eso importa poco, si consiguen acorralarla y que haga lo que ellos quieren, les valdrá. Pero eso no +

+ gané el odio de unos cuantos cuando me negué a seguir siendo su muñequita. Wiress y Mags no tienen ninguna posibilidad... Aun así, haré lo posible por mantenerlas a salvo si es lo que Katniss quiere.