Pienso también en reguladores, digitaciones, articulaciones... Sobre todo en polifonías complejas. Aunque siempre es posible ser muy preciso, el sistema permite asimismo ser ambiguo. El braille es muy posicional, y casi siempre indica con exactitud dónde empieza y termina algo o a qué notas afecta.

Un ejemplo muy simple: aquí, una de las ligaduras es de expresión, mientras que la otra es de prolongación. En tinta son prácticamente indistinguibles. En braille, en cambio, la diferencia es explícita.

El tema está en que las limitaciones del sistema braille obligan a simplificar y jerarquizar la organización lógica de la información de manera más clara y sistemática, desambiguando elementos que, en la notación visual, pueden admitir múltiples interpretaciones.

⚠️ Se trata de una versión ligeramente reducida para la edición impresa de la revista. Próximamente podrá leerse la versión completa en scherzo.es

youtube.com/playlist?lis...