La gentrificación no es culpa de quien llega, sino de un sistema que falló en proteger y garantizar condiciones para que el acceso a la vivienda digna sea un derecho.

La respuesta no esta en el odio y la xenofobia, sino en exigir políticas públicas justas y efectivas.

México necesita políticas de vivienda que prioricen a las personas. ¿Cuáles? Desconozco, no soy experta en ello.

Pero lo que si se es que el mercado por sí solo no corrige desigualdades.

Culpar al “otro”, al que migra, al busca mejores oportunidades que las que tiene en su país, repite la misma lógica nacionalista que en otros contextos grita “fuera mexicanos”. Misma narrativa nacionalista, diferente excusa.

El problema son las políticas urbanas que no priorizan el derecho a la ciudad, la vivienda digna, ni las comunidades.

Sin regulación efectiva, cualquier colonia, barrio, o area puede volverse inaccesible para quienes lo han habitado por generaciones.

Culpar a los extranjeros es una salida fácil y peligrosa.

Desvía la atención del fracaso estructural del Estado en garantizar el derecho al acceso a vivienda asequible y regular el desarrollo inmobiliario (particularmente la especulación).

La llegada de nómadas digitales y personas con mayor poder adquisitivo responde a un mercado que premia la especulación y el turismo, no la vivienda digna.

Mientras tanto, los habitantes históricos enfrentan desalojos, alzas en rentas, e inaccesibilidad.

El problema de la gentrificación en CDMX (y el país) no son los extranjeros que ven “barata” la vivienda. Eso es solo un síntoma.

El verdadero problema está en las políticas públicas que no protegieron a las comunidades locales y fomentaron un modelo urbano excluyente.