Porque lo que estamos criando no son niños empáticos, sino adultos incapaces de ponerse en el lugar del otro, incapaces de tener compasión.
Por eso hay bullying en el colegio y mobbing en las empresas. Es el mismo virus, solo cambia el escenario.
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El silencio institucional es una forma de complicidad. Cuando un colegio no protege, está enseñando a toda una generación que la crueldad tiene impunidad, que quien abusa manda y que quien calla sobrevive. Es el mejor entrenamiento para una sociedad enferma de indiferencia. 👇👇

Y quien convive cada día con víctimas y verdugos tiene la responsabilidad de detectar, intervenir y proteger. Si no lo hacen, no educan.
El bullying no es una travesura ni una etapa de crecimiento. El rechazo social activa las mismas áreas cerebrales que el dolor físico.
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