¿Entonces qué sugiere, líder de ala?

« adivina: para ello tienes que sobrevivir a esto.

—Es asunto mío, te guste o no. No voy a quedarme parada viendo cómo te haces daño.— No como con Liam, no soportaría ver la vida de la rubia esfumarse de sus ojos sin poder detenerlo... De nuevo. Era lo mínimo que podía hacer por él. —Quieres hacerme la vida imposible, ¿verdad? Pues »

Sanando, al menos. Mi hombro está malo, de nuevo.

En las cocinas, preparándome para el próximo combate. No digas que me echaste en falta.

—Riorson. ¿Se te perdió una daga?

—Pensé que hoy descansaríamos.

—No lo sabrás porque jamás lo intentaste. Lo único que has sugerido desde que llegué, es que me vaya.

Estaba empezando a molestarse en serio, principalmente porque sabía que el asunto de Riorson saldría de nuevo entre ellos.

—Vamos a ignorar eso, así como ignoramos en quién estás interesado últimamente.

Sonrió con suficiencia, continuando el camino hacia los archivos, para recoger los recados solicitados para Informe de la Batalla. —Noté que has mejorado tu lenguaje de señas.

« tragues tus palabras, Riorson.

Pero a quién engañaba: su tiempo con él en la estera era su parte favorita.

« Tairn se vinculase, en ese caso.—Comentó con molestia, abriendo el libro que tenía en manos y dándose la vuelta para evitar distraerse con los músculos de sus brazos, ahora más marcados por la posición. Tairn resopló con sorna ante su escenita.— Algún día te ganaré en la estera y haré que te »

Una ráfaga de ira recorrió sus venas, alimentada por esa mención sobre Imogen. Los celos no reconocidos por la de cabellos plateados hacían mella en su sistema; seguramente, de ya haber manifestado un sello, habría hecho un desastre.

—Oh, qué pena que no haya sido ella con quien »

Ella la abraza por los hombros, más que nada para que el movimiento se vea fraternal y no forzado por su lesión.

—No, estoy bien. Ya estoy acostumbrada, ya sabes: últimamente soy menos sensible al dolor. Aunque sin dudas preferiría una cicatriz guay como la tuya.