Copian los cócteles más representativos de Jalisco, adornos de cantina del centro, botana garnachera y hasta la misma música de dolido. Todo aderezado con el "twist" elitista y cobrando hasta tres veces más que lo original.

Y no, no creo que sea la gentrificación. Es el clasismo propio de la ciudad

Si tienen ganas de escuchar algo similar a FKA twigs, recomiendo mucho "The Quanta Series" de Káryyn. No estoy seguro de cómo llegué a este álbum, pero está perfecto para mantener el mood de EUSEXUA.

Mi refugio para sentir menos culpa lo encuentro en el libro "Monsters: A fan's dilemma" de Claire Dederer. Es ingenuo pensar que comprando un vinyl salvarás a la música, pero es importante ser consciente.

Por la forma en la que muchos consumimos música a través de Spotify, es inevitable el sentimiento de culpa. Llegamos a un punto en el que "nada" es mejor que "un poco". El problema no es solamente el pago miserable a los artistas, sino darles más poder a los billonarios que controlan el mundo.

Narra las prácticas abusivas, monopólicas y corruptas de la compañía. Esas que vemos en todas las apps que comienzan siendo las "disruptivas buena onda".

Pero lo más importante, muestra el camino que está tomando la industria de la música y su muy probable declive.